La preocupación que manifiestan los dirigentes del FA (Frente Amplio) y de los partidos que lo componen con la actual crisis que tienen hoy, con renuncias de diputados de sus filas, debates por definición de apoyos político partidistas en próximas presidenciales, pero en especial por la baja sostenida de participación de sus militantes en sucesivos procesos electorales, agravado en las últimas primarias...
¿Pero qué le pasó al FA?
Vayamos al principio de la historia, cuando muchos de los actuales dirigentes del FA y de sus ramificaciones, hace unos años, siendo aún estudiantes, marchaban por las calles denunciando duramente las irresoluciones de la clase política vigente, los privilegios de los parlamentarios, las jugosas dietas, la sostenida sordera ante los llamados de la ciudadanía, en resumen una gran batería de quejas, muy bien respaldadas y demostradas, que los llevó a ganarse el respaldo de la calle. Pues bien, raya para las suma, el FA tuvo el apoyo de la gente, que fue seducida por este nuevo aire, que venía a refrescar el fétido olor de la tradicional política con todas sus lacras, eran como la ventana que se abre de una habitación un tanto descuidada, todo marchaba muy bien...
¿Pero por qué la gente, sus adeptos se bajaron del carro del FA?
En pocas palabras, con el correr del tiempo, terminaron practicando la misma política, que tanto de las calles criticaban y desahuciaban tan duramente, o sea terminaron sentándose junto a los mismos de siempre, haciendo la misma política que los mismos de siempre y se terminaron olvidando, como también les ocurre, a los mismos de siempre, de la señora Juanita y del tío Rorro, raya para la suma, el FA terminó siendo fagocitado por la Familia.
Se Fue Acabando la magia, se Fue Acabando el aire fresco y simplemente, sin pensarlo mucho, se bajaron de la nube, no estaban dispuestos a seguir con lo mismo y con los mismos, ya habían tenido suficiente...
Frente Amplio, tan amplio que terminaron incluyendo a la mismísima Familia Política & Asociados, tan resistida por ellos mismos, entre los suyos...
Luis Enrique Soler Milla