Primero trató de atropellarla y después le prendió fuego a la casa
Tras el ataque de su expareja, Pamela Celis y sus hijas de 15, 11 y 1 año 8 meses lo perdieron todo. La mujer teme por su vida. En Quilpué hubo otro caso similar (pág.3).
Hace 2 años y 5 meses que Pamela Celis Carrasco decidió dejar a su pareja durante los últimos 14 años, debido a la mala convivencia que la joven atribuye al consumo de drogas y alcohol del padre de sus tres hijas de 15, 11 y un año y 8 meses.
Las amenazas y agresiones habían sido una constante y no acabaron incluso tras el cese de convivencia. Tanto así que en agosto pasado el tribunal dictó una orden de alejamiento en contra de Pablo Molina Hernández, sin embargo, el sujeto hacía caso omiso a esa restricción.
Prueba de ello fue lo ocurrido la noche de este lunes, cuando cerca de las 22.00 horas, Pamela salió de su casa ubicada en calle Sin Nombre con Los Jazmines en el paradero 10 de Achupallas población que forma parte del Campamento Manuel Bustos en la parte alta de Viña del Mar.
La joven de 29 años se dirigía a buscar un dinero que le iban a entregar cuando en el camino se encontró con su expareja, quien, según su testimonio, intentó arrollarla con la camioneta que manejaba.
Asustada, Pamela llamó por teléfono a la mayor de sus hijas para advertirle que su padre andaba por el sector y que por prevención se fueran a la casa de una vecina.
La joven de 29 años y madre de las hijas de su expareja se percató que el sujeto que fue su conviviente por 14 años se encontraba bajo los efectos del alcohol y las drogas y que aparentemente se dirigía a su casa. En esos pensamientos se encontraba cuando recibió el llamado de su excuñada quien le contaba que su hermano le estaba quemando la casa.
Apoyo de vecinos
Pese a la llegada de Bomberos al lugar, la falta de grifos y las estrechas huellas que permiten internarse hacia las viviendas, dificultó las labores de los voluntarios.
Por lo mismo, resultó vital la ayuda de los vecinos, quienes formaron una cadena humana y arrojaron agua para evitar la propagación de las llamas hacia viviendas vecinas.
La casa que Pamela y sus hijas tenían en el campamento hace 9 años quedó reducida a escombros y sólo la intervención de Bomberos y vecinos impidió que el de este lunes fuera una mayor emergencia.
Marjorie Olguín dirigenta del Comité Copas de Agua del Campamento Manuel Bustos corroboró las dificultades que tuvieron los voluntarios de Bomberos para combatir este siniestro.
"Esto podría haber sido mucho más grave todo esto si no hubiese sido por la unidad de los vecinos, pero esto siempre es así aquí en el campamento. Hace años que venimos pidiendo vialidad, agua que es lo mínimo para un ser humano", declaró la dirigente.
Marjorie al igual que los vecinos confirma que los vecinos dan cuenta de la presencia de este sujeto en el sector y le atribuyen responsabilidad en lo ocurrido.
"A ella (Pamela) le avisaron en el momento que le iban a quemar la casa. Ella incluso tuvo la intuición de hacer salir a las niñas, de lo contrario esto habría sido una tragedia porque las niñas estaban en la casa", precisó la dirigenta.
La misma vecina manifestó que como dirigente se encontraba al tanto de la medida de protección en favor de Pamela, pero que lo ocurrido es una confirmación más de las falencias del sistema.
Camila Valenzuela Carrasco es hermana de Pamela y cuenta que las agresiones del padre de sus sobrinas se han extendido hacia otros familiares y que se trata de un sujeto violento que se obsesionó con su hermana y que no deja de acosarla.
"Él está obsesionado con ella, hace poco fue a la casa de mi mamá a hacer escándalo y le tiró una piedra en la cabeza a mi mamá y la dejó herida, lanzó el auto contra la reja...él está mal. Nosotros esperamos que mi hermana pueda vivir tranquila con sus niñas porque ellas no tienen por qué vivir esto", comentó preocupada la joven.
Asimismo, Camila da cuenta de un hecho que añade mayor impotencia: recientemente Pamela resultó favorecida con un proyecto Fosis para invertir en su emprendimiento de repostería y había recibido electrodomésticos e insumos...todo lo perdió.
Sus vecinos se están organizando para ir en su apoyo, pero lo que más preocupa a Pamela es poder vivir en paz con sus hijas.
Hasta el cierre de esta edición no se sabía del paradero del supuesto agresor.