Joven promesa del box quedó en estado vegetal tras brutal ataque
Rodolfo Lillo Almeida fue apuñalado más de una decena de veces por Honatan Norvey Marín Cárdenas, un ciudadano colombiano que ingresó de manera ilegal a Chile y que próximamente enfrentará juicio por homicidio frustrado.
La vida de Rodolfo Ignacio Lillo Almeida y la de su familia cambió radicalmente el 28 de septiembre de 2019. Ese día el joven de entonces 21 años se encontraba en la casa de una amiga de nacionalidad colombiana en el sector de Santa Inés en Viña del Mar, cuando de improviso llegó la expareja de la joven, quien en un ataque aparentemente motivado por celos, apuñaló en más de 10 ocasiones a Rodolfo.
A raíz del brutal ataque y dado que Rodolfo intentó escapar de su agresor saliendo de la casa donde se encontraba, el joven se desvaneció en la vía pública debido a la gravedad de sus heridas.
La ambulancia del Samu lo rescató, los profesionales lograron reanimarlo de un primer paro cardiorrespiratorio y en el mismo Fricke, hasta donde ingresó en riesgo vital, sufrió un segundo paro.
Sin embargo y pese a los esfuerzos médicos, las secuelas fueron irreversibles: Rodolfo con apenas 21 años, quien se preparaba para un día llegar a ser boxeador profesional, quedó en estado vegetativo persistente producto de la anoxia cerebral.
Su madre, Fabiola Almeida Valenzuela, cuestiona este diagnóstico aunque sabe que la condición de su hijo es para toda la vida. "Yo digo que él no está en estado vegetativo persistente, pero claramente esto es para toda la ida, independiente que yo a través de sus ojos pueda ver que él me dice cosas, es mi hijo y sé que se comunica. No soy ilusa, sé que nunca volverá a ser el Rodolfo, esa es mi lucha", dice esperanzada.
Fabiola revive el brutal episodio que le arrebató a su hijo tal como era hasta el 28 de septiembre de 2019. Pese a que en estos 14 meses Fabiola nunca ha perdido la esperanza de lograr la mejor calidad de vida que pueda brindarle al mayor de sus hijos, sí admite la impotencia ante lo cataloga como mínimos apoyos que brinda el sistema.
En todo este tiempo, Fabiola, que es técnico en enfermería y quien además tiene dos hijos - Martín de 12 y Catalina de 6 - nunca más pudo trabajar y es sólo su esposo el que sostiene la economía familiar.
Por opción propia decidieron, luego que permaneciera 2 meses internado en el hospital Fricke, trasladar a Rodolfo a la casa y enfrentar ellos mismos sus cuidados. Allí montaron una verdadera clínica ambulatoria.
Sólo el apoyo de familiares y amigos les ha permitido solventar los cerca de 30 millones de pesos que han debido destinar a los cuidados del exdeportista.
"El 28 de septiembre de 2019, en Santa Inés, a Rodolfo lo apuñaló un colombiano. Yo no tengo claridad absoluta de por qué pasó esto porque desde ese día Rodolfo no habla y su atacante, pese a que se encuentra preso, no ha prestado declaración (...) Rodolfo se veía con una colombiana que era la ex de este sujeto", relata Fabiola.
La mujer no duda que el ataque del que fue víctima su hijo tenía por objetivo la muerte. "Le dio al menos 12 puñaladas, le rajó el diafragma, le perforó el corazón y el hígado, ambos pulmones, ambas piernas y los brazos. Por eso calculo que al menos 12, ahora todas las puñaladas fueron directo a órganos vitales y falló en apuñalarle la femoral", detalla Fabiola.
Desde entonces, Fabiola ha estado en dos frentes: cuidar a su hijo las 24 horas del día y seguir los avances judiciales en torno a esta causa esperando por justicia.
No han sido meses fáciles y a los costos económicos se suman también los emocionales.
"Este hombre no sólo le arrebató su vida a Rodolfo sino que a toda su familia. Nosotros queremos que se haga justicia para Rodolfo. Él quedó con un 100% de discapacidad, no puede hacer nada por sí solo, nada. Quién le devuelve su vida. Esperamos el juicio y la mayor condena para este hombre", finaliza Fabiola.