Belén Velásquez N. - La Estrella de Valparaíso

El Juzgado de Garantía de Viña del Mar fijó para el 12 de febrero la formalización contra tres personas por su presunta participación en una estafa que terminó quitándole -mediante la simulación de un contrato- un condominio de ocho casas a M.M.B.O., un hombre de más de 70 años que había levantado la obra -avaluada en $580 millones- en la calle Angamos 163 de Limache.

El delito, según Fiscalía, ocurrió el 4 de mayo de 2018. Ese día, dice la querella presentada por la víctima, su secretaria Y.A.A.D. concurrió a la notaría Fischer de Viña del Mar y traspasó -mediante dación de pago- la propiedad a R.A.P.B. y L.E.C.P.

La secretaria actuó con el mandato que la víctima le otorgó "para que la querellada celebrara un contrato de compraventa con la institución de Carabineros de Chile para vender su propiedad (...) en un valor de $900.000.000", dice la querella, donde se explica que dicho compromiso con la institución es falso.

Según la acción judicial, la secretaria compareció por la víctima en calidad de deudora y los sujetos como acreedores de una deuda que no existía y que fue la justificación para ceder las obras.

Una mujer de fiar

Pero todo partió antes, según la querella, pues la mujer acusada de participar en la estafa había sido contratada por la víctima en julio de 2016. El hecho de que su padre, su marido y su hermano (querellado, pero no considerado dentro de los próximos a formalizar) fueran carabineros hizo pensar a la víctima que la mujer era "una persona de fiar". El documento da cuenta de que el afectado es una persona con escasos estudios, por lo que su dinero logró reunirlo tras "arduos" años de trabajo. "En muchas oportunidades fue víctima de engaños producto de su inexperiencia e ignorancia en estas materias", agrega.

En enero de 2017, el médico A.J.C.G. -supuesto amante de la pareja de la víctima- atacó la obra del afectado y luego fue formalizado por amenazas, quedando suspendida la causa y luego sobreseída. La secretaria informó a su jefe de lo ocurrido con el doctor, a quien la mujer conocía de hace años, pues había operado a su padre.

Con posterioridad, según la querella, la víctima y su secretaria habrían recibido amenazas de muerte, ante lo cual el padre de la mujer, funcionario policial, "aconseja al querellante abandonar la región para resguardar su seguridad, señalándole que él se encargaría, por intermedio de la institución de Carabineros, de averiguar quiénes estaban involucrados en las amenazas. (...) El suboficial concurre al domicilio de mi representado señalándole que en la plaza cercana a su domicilio de Reñaca se encontraban tres hombres armados y que era muy probable que lo estuvieran esperando a él", dice la acción judicial.

El falso sicario

Tras aquello, la víctima en marzo se traslada a La Serena, emprendiendo viajes dentro y fuera del país hasta agosto. El objetivo era "resguardar su integridad", pues se le habría informado de la contratación de un supuesto sicario de parte del médico y su mujer.

"Hace abandono de la ciudad por indicaciones expresas del padre de su secretaria, suboficial de Carabineros, quien le señala que su vida corría peligro y que él debía seguir íntegramente las instrucciones que ellos (Carabineros) le dieran", señala la querella.

En ese contexto, en mayo de 2017, la víctima le entregó un mandato mediante notario a su secretaria, quien debería asumir las responsabilidades financieras de su jefe. Con ese motivo, el hombre le entregó a la mujer $84 millones entre marzo y septiembre de 2017.

Durante aquel periodo, la víctima asegura que su secretaria y el padre de ésta le aconsejaron que no se comunicara con nadie para no obstruir la supuesta investigación, sumado a otras mentiras relacionadas con la familia del afectado.

El arquitecto

El plan continuó hasta que en junio de 2018, la víctima se encontró "por afortunada casualidad" en Copiapó con el arquitecto de la obra, sobre quien su secretaria le habría informado que estaba preso.

El profesional habría reconocido que la mujer le habría pedido firmar la recepción de las faenas, a lo que el arquitecto se habría negado, destapándose así la seguidilla de mentiras que habrían afectado a la víctima durante los últimos años.

En esa reunión entre víctima y arquitecto, estos habrían llamado a la secretaria, quien habría reconocido los hechos indicando que "hice todo esto porque estaba amenazada de muerte".