Fabiola Campillai: "El Gobierno es totalmente soberbio"
La mujer que perdió sus ojos producto de una lacrimógena lanzada al rostro durante el estallido social del 2019, cierra esta temporada de Región F con una afirmación tajante: el Ejecutivo "no quiere darse cuenta de las demandas de la gente, de tanta gente que está hoy en día mutilada, del daño que están causando. O sea, se dan cuenta, pero no les importa".
Era un día como cualquier otro. El martes 26 de noviembre de 2019, alrededor de las 20:45, Fabiola Campillai Rojas se dirigía con su hermana hacia el paradero de Portales Oriente, en San Bernardo. Allí sería recogida por el transporte de la fábrica Carozzi, lugar donde trabajaba hace cuatro años. A esa hora, las protestas habían mermado, tras una jornada de disturbios que en esos días se habían vuelto costumbre.
Un piquete de Carabineros vigilaba a un grupo de manifestantes que estaba a dos cuadras de las mujeres, pero ellas se dirigieron tranquilas a su destino, no había desórdenes y se encontraban a unos 15 metros de los uniformados. Se sintieron seguras. Pero, sin mediar provocación, una lacrimógena impactó de lleno el rostro de Fabiola.
Operaria de fábrica, dirigente social en su población, madre de tres hijos, esposa, una apasionada del fútbol y bombera, ella es la segunda persona que quedó ciega por la represión policial tras el 18 de octubre. Hoy, a un año de esa situación, ha debido someterse a varias intervenciones quirúrgicas, pero pese a lo anterior, asegura que ha salido adelante a puro ñeque. "Con la fuerza de Dios, con el querer amar la vida, porque yo amo mi vida, amo a mis hijos y ellos van a ser siempre el motor de esto, el querer verlos bien, a mí me da mucha fuerza para seguir, y también conocer mis nietos, que en un futuro van a estar ahí, no los podré ver, pero su carita la tocaré y me imaginaré cómo son", dice emocionada.
Campillai cuenta que hasta ahora no percibe una preocupación por reparar a las más de trescientas personas que fueron mutiladas parcial o totalmente, en pleno estallido social. "No vemos ningún avance, no hay reparación para ellos y muchos de los jóvenes que hoy en día perdieron uno de sus ojitos, no están bien. Hay jóvenes que han intentado hasta suicidarse por lo que les pasó y nadie los ayuda", asegura con molestia.
En ese sentido, advierte que, si bien ha recibido el cariño de la gente, además de la ayuda y acompañamiento de muchos, no ha sucedido lo mismo con el Gobierno, sobre todo en una etapa relevante como es el juicio al ex capitán de Carabineros, Patricio Maturana, el único imputado por su caso.
"El Estado no ha hecho nada. Tampoco ha reparado ni tampoco ha intentado comunicarse con nosotros. La única manera de que ellos puedan ayudarnos en algo es haciéndose parte de la querella para poder enjuiciar a este hombre y a todos los que resulten responsables", dice tajante, aunque aclara que hasta ahora no ha sido así: "El gobierno es totalmente soberbio. No quiere darse cuenta de las demandas de la gente, no quiere darse cuenta de lo que están haciendo, de tanta gente que está hoy en día mutilada, del daño que están causando. O sea, se dan cuenta, pero no les importa".
No es partidista
La fortaleza interna de Fabiola Campillai se le sale por los poros. Con la misma entereza con que se ha sometido una tras otra a una serie de intervenciones quirúrgicas, asegura que la nueva Constitución permitirá mejorar la situación de la gente en salud, educación o pensiones, pero siempre y cuando "la escriba el pueblo, no los mismos de siempre".
Para aquello, asegura que los partidos políticos deben dar un paso al costado: "La clase política es todo la misma, del partido que sea. Ya la gente no cree en ellos. Ningún partido me gusta".
Lo mismo pasa -a su juicio- con el Gobierno, que muestra "falta de empatía, es soberbio, no les importa la gente, les da lo mismo, ellos apoyan lo que carabineros hace hoy en día, les dan su apoyo y los carabineros más se sobrepasan con la gente".
Pero Campillai continúa peleando sus propias luchas, saliendo adelante entre una y otra cirugía, esperando que "se haga justicia", pero también que quienes deben, pidan al menos disculpas. "(carabineros) Tienen que dar las explicaciones pertinentes y también tienen que ser sancionados, porque aquí hay un protocolo que no se respetó. No han dado ninguna explicación, no han venido a la casa, jamás se han presentado a nosotros, nunca hemos tenido noticia de ellos".
En medio de aquel enjambre de sensaciones, entre el enojo y la esperanza, entre el dolor y la resiliencia, Fabiola Campillai concluye con un llamado para los jóvenes: "Adelante, toda la fuerza para ellos, tienen que salir adelante, la vida sigue y es muy linda, mucha fuerza, mucho de todo para que ellos salgan adelante también, así como lo hacemos nosotros día a día… Y ojalá nunca más en este país haya otra mujer como yo, otro Gustavo que le quiten sus ojos por ir a trabajar o por ir a manifestarse".
"Amo a mi vida, amo a mis hijos y ellos siempre van a ser el motor de esto"
Fabiola Campillai