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Parecía la oportunidad idónea para sacarse el mal sabor de boca tras el empate sufrido ante Wanderers en el Clásico Porteño, pero lo cierto es que Everton, en el estadio CAP Acero de Talcahuano, realizó una de sus presentaciones más bajas desde que retornó el fútbol y cayó por la cuenta mínima ante un elenco local que tampoco realizó demasiados méritos para quedarse con los tres puntos.

Los oro y cielo, que vistieron de blanco en el sur, entraron a la cancha con Rodrigo Echeverría entre sus titulares y sin Fernando Saavedra. Javier Torrente, en conferencia de prensa post partido, explicó que el oriundo de Pullally venía sufriendo de dolores estomacales desde el día martes, motivo que no le permitió ingresar desde el inicio y que además empujó al rosarino a cambiar el esquema y volver a jugársela por el tridente ofensivo compuesto por Maximiliano Cerato, Juan Ezequiel Cuevas y Marcos Sebastián Pol.

El haber sumado más variantes en el ataque no significó necesariamente que los ruleteros llegaran más al arco. De hecho, por largos momentos del encuentro se extrañó el juego de distribución que aporta Saavedra, lo que trajo consigo que los auriazules jugaran por varios minutos en campo contrario pero que no pudiesen traducir aquello en chances claras de gol.

Para peor, cuando el reloj recién marcaba los 22', Cris Martínez le ganó la espalda a Bastián San Juan y centró hacia el corazón del área para encontrar a un Juan Sánchez Sotelo que definió sin mayores complicaciones para poner en ventaja a los de Gustavo Florentín.

Sin profundidad

Los primeros treinta minutos de la segunda fracción no ofrecieron mucho más que lo visto en la primera parte. Everton jugaba en campo contrario pero no lograba inquietar con real peligro la meta acerera. Esto se mantuvo así hasta los 73', ya que con los ingresos de Saavedra y Rodríguez, a los oro y cielo les cambió completamente la cara.

De hecho, dos portentosas intervenciones de Gabriel Castellón, la primera a los 77' luego de que Suárez quedara solo, y la segunda en los descuentos con un gran cabezazo de Pol, fueron las que evitaron que los auriazules se trajeran un punto.

La derrota privó a los viñamarinos de seguir escalando y de paso cedieron un invicto que se alargaba por cinco partidos.

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