Organizadores de ollas comunes anticipan cierre por falta de recursos
En Viña la mayoría reconoce que aportes privados han disminuido y que desde el municipio hasta ahora han recibido arroz y aceite. Intendente dijo que convenio con Caritas Chile ya se firmó.
La burocracia estatal definitivamente no responde al sentido de urgencia. Desde que se inició la pandemia por el COVID-19, inmediatamente y de manera espontánea, surgieron en los diversos barrios de la Región de Valparaíso, en especial en aquellos más vulnerables, ollas comunes y comedores solidarios, de manera de brindar alimentación a las personas que no pudiesen contar con lo básico.
La mayoría comenzó en abril y mayo y desde entonces han contado con la ayuda de parroquias y particulares que en forma anónima han efectuado sus aportes para mantenerlas en funcionamiento. Sin embargo y con el paso del tiempo, las ayudas han comenzado a decaer.
De ahí que las organizaciones comunitarias que han asumido este rol no entiendan porqué ha tardado tanto el traspaso de los 200 millones de pesos aprobados por el Core en julio pasado, los que permitirían mantener en funcionamiento la entrega de alimentos.
"No nos han dicho nada. Se suponía que en septiembre llegarían esos recursos y terminamos septiembre y no pasó nada. No entendemos qué pasó, tampoco nos han informado. Entendemos que Caritas Chile se haría cargo de todo esto pero hasta ahora no nos han dicho nada", comentó María Medina, dirigente del Comité de Vivienda Bellavista del Campamento Manuel Bustos quien reconoce que hay varios comedores con riesgo de cierre.
Cierre
Similar inquietud tienen en el comedor de la junta de vecinos "Puesta de Sol", donde, aseguran desde el municipio de Viña sólo han recibido arroz y aceite.
"De continuar así corremos el riesgo de vernos en la obligación de cerrar y no queremos hacerlo porque tenemos una responsabilidad con nuestros vecinos. Asumimos una tarea que le corresponde al Gobierno pero no podemos desligarnos así no más, pero si no recibimos recursos no podremos continuar", planteó Ivanezka Venegas.
En el Campamento Manuel Bustos funcionan tres veces por semana, tres comedores a razón de 300 raciones diarias cada uno.
"Estamos hablando de más de 2 mil 700 raciones, 2 mil 700 personas que dependen del comedor, entonces haremos todos los esfuerzos para no cerrar, pero los aportes han bajado y eso es innegable", añadió María Medina.
Para el presidente del Core, Manuel Murillo, la demora en el traspaso de recursos es una "vergüenza" y la demostración de la que catalogó como "falta de sentido de urgencia por parte del gobierno".
"Fue el 7 de julio cuando el Core aprobó 200 millones de pesos para ir en apoyo de 300 ollas comunes (...) La burocracia interna que es nacional no regional, es vergonzosa porque estamos en una situación complicada dada por el COVID. Faltó un ojo clínico político de la situación de la región", comentó Murillo quien si bien reconoció que hace algunos días ya se firmó el convenio con Caritas, la tardanza ha sido excesiva.