Cachorros mueren tras reventar un guatero en clínica porteña
La bulldog francés, Lola, parió 8 perros en julio y ninguno sobrevivió. Su amo dice que fueron enviados a la casa al día siguiente y que no se le avisó de lo ocurrido. Prepara una demanda.
Belén Velásquez N. - La Estrella de Valparaíso
Una dolorosa situación fue la que vivió una familia de Valparaíso luego de recibir con emoción la camada de ocho perritos que parió su mascota regalona, una fina ejemplar de bulldog francés estándar que a sus dos años y medio de vida dio a luz por cesárea en una conocida clínica veterinaria porteña.
Se trataba de la primera parición de "Lola", cruzada con un can también de pedigree, que incluso ha visitado matinales, según contó el amo de Lola, David. Todo había marchado bien mientras estuvo preñada, pero inesperadamente al día siguiente del parto, los cachorros comenzaron a morir uno a uno luego de ser llevados a su hogar, no logrando salvarse ninguno.
Según lo informado a David por una segunda veterinaria, los cachorritos habrían estado quemados. ¿La razón? Un guatero con el que en la clínica habrían abrigado a los perritos luego de nacer, se reventó. La situación fue devastadora, pues las crías serían repartidos en la familia y el hijo de David -de 3 años- quedó desilusionado.
"nos ilusionamos"
David contó que luego de la cesárea le mandaron fotos de los cachorros. "Estaban sanitos y quedamos todos ilusionados. Al día siguiente me dijeron que estaba todo bien, pero que los perritos tenían unas heridas porque entre ellos se habían succionado las patitas y cuando los fui a buscar, las tenían negras y uno estaba muy aletargado, fue el que a la medianoche murió", relató.
Aquella noche, David dice que fue larga, pues se pasó intentando estimular a los perritos para que se alimentaran y si bien sostiene que "era esperable", la muerte del más débil en una camada numerosa, la situación se complicó cuando con el paso de las horas, otros de los ejemplares comenzaron a morir.
"A uno le encontramos sangre en el ano y comencé a angustiarme cuando vi que los otros se debilitaban. Me dio una pena tremenda porque son como bebés. Es muy fuerte la imagen, yo empecé a culparme, dije 'algo estoy haciendo mal'", pese a que David ya había tenido experiencia con perros.
En la desesperación, el porteño llevó a los cachorros a una clínica de Santiago donde entregan el servicio de cuidado de camadas de cachorros. "Me dicen 'estos perros están quemados, la parte gris es porque está necrótico'".
Agregó que "me dijeron que iban a hacer lo posible por sacar la camada adelante y que la única forma era una limpieza quirúrgica, pero en un perrito tan chico es casi imposible. En definitiva, los perritos estaban cocidos y el primero que murió era el más quemado. A uno decidí sacrificarlo porque lloraba del dolor y no tenía posibilidades de vida", contó David angustiado.
Con ese antecedentes, González, se comunicó con la primera clínica para exigir una explicación: "Les dije que era un crimen lo que habían hecho y me llama la jefa de la clínica y me dice que efectivamente habían tenido un problema, que se había reventado un guatero y que no me lo comunicaron".
Lo mandaron a morir
Agregó que "más encima me los entregan para que me los lleve y no me dicen nada. O sea, ni siquiera hubo un intento de reparar el error. Los mandaron a la casa a morir y se supone que son personas que aman a los animales. Me dijeron que la persona a cargo no había informado lo que pasó, pero yo creo que es mentira porque los perritos me los entregó una veterinaria, cómo no se iba a dar cuenta, si la otra doctora supo al tiro. Además me recetaron hidrogel, que es una crema para quemaduras, entonces sabían".
Más problemas
En cuanto a Lola, David la llevó a otra clínica porteña para su control, encontándose con otro problema.
"Me dijeron que tenía retención placentaria, lo que significa que no le limpiaron bien el útero. Entonces, la Lolita expulsa secreciones y sangre y tengo que llevarla constantemente a ecografías. Ha sido una seguidilla de gastos y de dolor porque para mí la Lola es como una hija", aseguró David, quien evalúa emprender acciones legales junto al abogado Jorge Suez.
"Tienen que pagar porque no puede seguir pasando esto. Yo me preocupé de buscar una clínica con buenas recomendaciones, conocida, incluso más cara que otras y todo terminó en dolor, es maltrato animal lo que ellos hicieron. Además existe un perjuicio económico porque cada ejemplar de bulldog francés puede llegar a costar $1 millón. Con la pandemia los precios más se dispararon".
$1 millón puede costar, en promedio, un ejemplar de la raza bulldog francés. La pandemia ha inflado más los precios.
5 de julio nacieron los cachorros de Lola y al día siguiente comenzaron a morir uno tras otras. Ninguno sobrevivió.