El futuro del Sporting está en ellos
Los más pequeños del histórico club viñamarino cumplieron seis meses entrenando hockey y rugby desde casa. Aunque la cancha no se reemplaza por nada, el progreso de los equipos es positivo.
Los futuros profesionales del Sporting Rugby Club continúan entrenando desde casa. Ya cumplieron seis meses, hace medio año aunque parezca increíble el COVID-19 arribó al país y cambió lo que conocíamos por normalidad. En el mundo deportivo que compete a los más pequeños el entrenamiento pasó de la cancha a la casa y la labor de los entrenadoresde animar al equipo a hacer clases frente a una cámara. La última actividad que los reunió fue entorno a dicho deporte.
"El día sábado 14 de marzo jugaba un equipo profesional de rugby chileno en el Estadio Nacional, hasta ese día estábamos todos contentos, pero al día siguiente anunciaron que el virus ya se había esparcido y suspendieron las clases en los colegios. Ahí nos dimos cuenta que nosotros teníamos que cortar los entrenamientos".
Así lo recuerda Pablo Funes, el encargado de la formación de jugadores desde 6 a 18 años. El histórico club viñamarino se sostiene de la cuota de los socios, entonces "si nosotros dejábamos de marcar presencia con los niños el club podía morir", dice el entrenador que se las ingenió, junto al encargado de la rama del hockey también impartida por Sporting, para establecer las clases por internet.
Mediante 'Zoom' se conectan los miembros tanto de las categorías competitivas que son M14, M16 y M18 como los más pequeños.
"El objetivo principal es mantener la dinámica de equipo club y a la vez entregar una actividad distinta a los niños que son los que han sufrido durante esta pandemia porque están conectados todo el día a un computador sin interacción con sus pares, entonces la actividad a la que ellos antes iban por gusto propio es fundamental mantenerla", explica el entrenador que, tal como sus alumnos, llegó con 14 años al Sporting.
La adaptación a través de la pantalla ha tenido buena recepción entre los apoderados que incluso se han animado a participar de actividades deportivas junto a sus hijos que felices se unen a la video llamada para compartir con sus compañeros, escenario que desde la docencia es muy distinto.
"Los profesores de educación física siempre hemos estado en una zona de confort al hacer una clase presencial que los niños esperan, por tanto son muy participativos y su atención se mantiene activa por lo que dure el entrenamiento, pero ahora no. Tuvimos que reinventarnos y principalmente ser creativos para no perder el foco principal. Ha sido un gran y bonito desafío en el que, a pesar de las dificultades, resalta la colaboración y la empatía entre los profesores y alumnos porque todos estamos viviendo situaciones antes desconocidas", comparte el pedagogo.
Rendimiento
Aunque la cancha no se reemplaza por nada el progreso de las categorías competitivas de los equipos es positivo.
"A pesar de las adversidades ha sido un tiempo provechoso porque hemos podido corregir mucho las destrezas individuales, claro que como equipo en conjunto no se puede evaluar, pero cada uno de ellos ha potenciado ciertas técnicas que reflejan un avance positivo dentro de estos seis meses", explica Funes. El encierro también les otorga tiempo para reunirse como equipo mucho más que antes y compartir experiencias de cuarentena y del deporte que los juntó.
El entrenador extiende la invitación a los padres de los niños que estén interesados en jugar hockey o rugby o bien les llama la atención parte de esos deportes a contactarse con el club y unirse a algunas clases de prueba para pasar el encierro acompañados de una actividad que por motivos de tiempo, antes de la pandemia, no habían podido realizar.
"A pesar de las adversidades ha sido un tiempo provechoso porque hemos podido corregir mucho las destrezas individuales".
Pablo Funes
Camila Rojas Vargas
La Estrella de Valparaíso