Amargo regreso de San Luis a casa: cayó en los descuentos
Un gol cuando el partido se despedía de San Marcos tumbó a los canarios en el Lucio Fariña. El equipo quillotano abrió la cuenta, pero después se nubló.
Claudio Morales Salinas - La Estrella Quillota - Petorca
El solitario lienzo que dejó instalado la barra Ultra Kanarios en la tribuna "Víctor Hugo Cabrera", más unos fuegos artificiales que fueron lanzados desde la calle Bulnes, fueron las formas que tuvieron los hinchas para hacerse sentir en el partido de ayer entre San Luis y San Marcos.
El conjunto quillotano regresó al estadio Lucio Fariña después de cinco meses y medio con la necesidad de ganar para recuperar terreno en el torneo de la B. Venían de un empate con gusto agridulce ante Santiago Morning el sábado pasado, y durante todo el campeonato solo lucían un triunfo, ante Barnechea en el estreno.
Por eso el elenco canario saltó a la carpeta sintética con una ofensiva experimentada a cargo de Gonzalo Abán y Mariano Barbieri, más los desbordes de Franco Ortega por la banda izquierda.
San Marcos, también necesitado de puntos, mostró ser un equipo duro y táctico, aunque el empuje de los volantes sanluisinos comenzó a inclinar la cancha hacia el pórtico de Nery Velozo. En los locales, Llantén de mediocampista mixto y el uruguayo Soria de lateral derecho, rompían líneas en campo ariqueño.
El predominio de San Luis tuvo frutos a los 25 minutos, cuando un pelotazo desde la mitad de la cancha del Varo Césped encontró bien perfilado a Abán, quién picó antes que los defensores y anotó la apertura de la cuenta.
Parecía encausado definitivamente el partido, pero tal como en Santa Laura, a San Luis le empataron muy rápido. El cuadro celeste metió un desborde por el costado derecho, y un centro que parecía inocuo terminó siendo conectado por Daniel Vicencio contra su propio arco. Error no forzado que desdibujó al equipo de Rivero.
Se enredó entero
Le costó mucho asimilar el golpe a San Luis. El ingreso de Jean Paul Pineda por el joven Estrada prometía un mayor volumen ofensivo, pero el avezado atacante que regresó de Colombia, no gravitó mayormente y se terminó perdiendo en la poca claridad general.
De hecho, lo más cerca que estuvo del gol el 7 canario, fue en un cabezazo que no llegó a conectar ante centro de Abán. Poco después, Pineda fue reemplazado para sorpresa de todos, aquejado por molestias físicas que lo han tenido a maltraer.
Fue el turno entonces de Sebastián Parada, él siempre ganoso canterano que intentó cambiar la historia. Pero el cuadro visitante se agrupó bien en su campo y cerró espacios. Ese simple argumento fue suficiente para los nortinos, así se fueron acomodando ante el desorden de un San Luis que no encontraba los caminos expeditos para llegar al arco.
Aun así, el conjunto amarillo tuvo un par de ocasiones para convertir y haber sacado la tarea, pero los cabezazos de Vicencio, que buscaba reivindicación, y de Barbieri, pasaron cerca del arco y dejaron con el grito del gol en la boca a los pocos que estaban en el estadio.
Los minutos corrían y las ideas se hacían más escasas en San Luis, que tuvo en la velocidad de Abán su arma más peligrosa. Pero no bastó.
Y cuando ya el empate era malo para las pretensiones Canarias, sobre el final llegó un mazazo que no estaba en los cálculos de nadie, ni de los ariqueños.
El técnico Hernán Peña había refrescado su ataque, y Nahuel Donadell se escapó sobre el epílogo en un contragolpe imposible, eludió al portero Carabalí y decretó un impensado 2-1 para la visita. Sin duda, un golpe demasiado duro para un San Luis que se va quedando atrás en la Primera B.