Así funciona U. La Calera femenino
Son de Santiago, llevan solo el nombre del club, pero según relata la coordinadora Karla Ravera, necesitan apoyo y quieren vincularse con la ciudad.
Claudio Morales Salinas - La Estrella de Valparaíso
Mientras los jugadores, hinchas y dirigentes de los clubes del fútbol chileno, esperan con ansiedad que se confirme la fecha en que se reanudarán los campeonatos profesionales, desde un segmento del popular deporte solo se limitan a mirar de lejos, esperando un incierto regreso a la actividad que aman: el fútbol femenino.
Pero al margen de esta inacción obligada, hay uno de estos elencos que se ha debatido en una particular situación de desprotección del club que se supone representan, y desde antes de la pandemia: Unión La Calera Femenino. Este elenco de chicas futbolistas en realidad son de Santiago, pero llegaron a un acuerdo con los regentes de sociedad anónima que controla al club, para llevar el nombre de la institución y poder participar en los torneos de fútbol femenino que organiza la ANFP. Al mismo tiempo, al club le sirve para figurar con una rama femenina, lo que se supone que es requisito, incluso, para participar de competencias internacionales.
Los clubes de la Primera División tienen la esperanza de volver a jugar un torneo en octubre, pero los cuadros que están en Segunda, como es el caso de las "caleranas", no tendrán acción hasta el 2021. Pero en el equipo de Unión La Calera Femenino no han perdido el entusiasmo, pues como cuenta la coordinadora Karla Ravera, "nosotros, contando desde el tiempo del estallido y ahora con la pandemia, no hemos dejado de entrenar ningún día, incluso nos hemos motivado aún más. Mantenemos tres categorías, la adulta, que es el primer equipo, más una sub 17 y una sub 15. Son 24 jugadoras por serie aproximadamente. Todas ellas están con clases por zoom y charlas técnicas, de sus cuerpos técnicos y de figuras como la seleccionada Fernanda Pinilla".
Todo eso lo consiguen y lo organizan ellas, encabezadas por Karla Ravera y Paola Mendoza, la entrenadora del primer equipo. "Pero con el club no tenemos ligazón, no tenemos contrato, no tenemos nada; es como un acuerdo de palabra. Cuando partimos el 2018, cuando nos aceptaron llevar el nombre tras ir a Calera a conversar, nosotras no pedimos nada, porque entendimos que éramos el último eslabón y era muy difícil que nos aportaran dinero. Acordamos que la rama estaría en Santiago y así comenzamos a trabajar", explica Ravera.
De hecho, la coordinadora deportiva detalla que partieron como una academia de fútbol y las jugadoras debían pagar por jugar, "18 mil pesos al mes, y así nos mantuvimos el primer año, pagándole a los profesores y cubriendo los gastos. El segundo año (2109) volvimos a conversar, con la idea de obtener contrato, o que nos cubrieran a los profes para que así las chicas no pagaran, si se supone que somos parte de un club profesional".
Poco y al final nada
Pero ante la dirigencia argentina de Unión La Calera no fue fácil encontrar un interlocutor. "Hablamos primero con Martín (Iribarne), pero después él se fue al directorio de la ANFP y perdimos el diálogo, luego nos contactamos con Romina (Fernández) que asumió la gerencia, pero ella también se fue (tras un breve paso) y llegó Tomás Roca con quien hemos estado conversando", indica Karla.
Que el club calerano asuma como suya la rama femenina, y aporte para su desarrollo, es lo que esperan todos los que componen Unión La Calera Femenino, pero las conversaciones no han llegado a buen puerto, como señala la coordinadora de las jugadoras, quien revela que "solicitamos dos millones y medio de aporte mensual para cubrir los gastos. Eso lo presentó Tomás a los dueños del club a finales del año pasado. La respuesta fue que nos podían dar 800 mil pesos para este 2020, un monto súper chico, pero dijimos con Paola, aceptemos, no nos queda otra. Pero con todo lo que fue el estallido, y la pandemia, que no se ha podido entrenar (en cancha); todo eso quedó en nada".
De cara al 2021, cuando vuelvan a competir con el nombre de Unión La Calera, en la rama femenina esperan que el apoyo del club por fin se materialice, pensando eso sí en la cifra original que pidieron, "ya que pensamos que es lo mínimo, ya que al principio igual estuvimos calladas para no generar problemas, pero demostrando lo que podemos hacer. Queremos ser reconocidas por el club, ser parte y finalmente trabajar juntos", enfatiza Karla Ravera.
Caleranas en casa
Mantenerse funcionando como rama femenina de modo virtual en estos meses, ha potenciado su presencia en internet y redes sociales. De hecho, así han llegado a lograr una suerte de contacto con algunos hinchas caleranos, lo que despierta el interés de vincularse con la ciudad.
"Tenemos una proyección para el próximo año dentro de este proyecto, que es poder jugar una vez al mes en el estadio de Calera, hacer de preliminar del equipo masculino, para así ir logrando un sentido de pertenencia, que las chicas puedan jugar con el público calerano que las esté apoyando. Porque acá en Santiago tenemos nuestra barra, pero son los apoderados de las jugadoras más que nada, jugamos con poquita gente en realidad", lamenta la coordinadora de los equipos femeninos.
Y es que en la capital, Unión La Calera Femenino ha deambulado por distintos recintos para jugar sus partidos, como el estadio Militar, o los reductos de San Ramón y Cerrillos. Eso cuando podían jugar.
"La respuesta fue que nos podían dar $800 mil para este 2020, un monto súper chico, pero dijimos con Paola, aceptemos..."
Karla Ravera, coordinadora
"Tenemos una proyección para el próximo año dentro de este proyecto, que es jugador una vez al mes en La Calera"
Karla Ravera
$18 mil tenían que pagar las jugadoras para poder participar de la academia de fútbol el primer año.