Incertidumbre y desmotivación: los caminos mentales del COVID
¿Cómo han ido variando nuestras emociones a medida que avanza la cuarentena? Psicóloga de la Universidad de Valparaíso, Verónica Rodríguez, nos explica el fenómeno.
Francisca Palma Sc. - La Estrella de Valparaíso
Los días pasan y pasan, la rutina se aprendió de memoria y la ansiedad de lo que pasará en los próximos meses son algunas de las situaciones que hemos tenido que enfrentar todos durante esta cuarentena.
Nuestras emociones nos han llevado a cambios de humor notorios, o al menos, así lo han dejado en evidencia un gran porcentaje de nuestra población. Para los que se preguntan si estos cambios tan repentinos son normales, la respuesta es sí.
Verónica Rodríguez, psicóloga de la Universidad de Valparaíso (UV), directora de la Escuela de Educación Parvularia de la misma universidad y doctora en educación, nos explica que este año tan incierto nos ha llevado a una variación de emociones y sentimientos, y que aquello ha ido mutando a medida que avanza la pandemia.
"En primer lugar, este año tan incierto comenzó con la ansiedad, es decir, con esa incertidumbre de no tener certeza qué pasará y que no hay información que nos haga sentir bien, por lo tanto, lo primero fue el desconcierto. Luego, vino el estrés por la necesidad de adaptación, sobre todo, para quienes teletrabajan, los profesores y alumnos y ahora, actualmente, se suman otras emociones: la tristeza, la rabia y la desmotivación", explica la profesional.
Aquello se debería a que la cuarentena no ha durado lo que teníamos presupuestado, muy por el contrario, el escenario se ha vuelto aún más desalentador.
"Vivimos la experiencia de adecuarse, de sumarse y todos estábamos de acuerdo con eso, pero llega un momento que esto se ha alargado y empiezas a sentir carencias, por ejemplo, en la experiencia de estar con el otro, en tener soporte social y te das cuenta que eso ya no está", nos manifiesta la doctora Verónica Rodríguez.
Por otro lado, se suma el cansancio de la monotonía, el desempleo y la disminución de ingresos económicos. "También existe un sentimiento de impotencia para quienes han perdido su trabajo y también para quienes ven disminuido sus ingresos, porque eso genera una experiencia muy negativa, ya que no tienes la seguridad para poder sobrevivir, junto a este estrés sanitario", puntualiza la directora universitaria.
Los jóvenes
Sin duda, toda la población ha vivido cambios en sus emociones, sin embargo, el grupo que más preocupa a los psicólogos son los jóvenes, porque son aquellos que han visto cómo meses tan importantes de vitalidad han sido eliminados.
"La juventud ha demostrado no tener interés, tener cierta apatía, porque ellos están con las ganas de hacer cosas y se están viendo limitados, sobre todo, en lo social. Ver a los compañeros, salir con amigos, disfrutar", nos señala la psicóloga.
Por esta razón, es que hay que poner especial énfasis en este grupo con ciertas herramientas claves.
"El entorno más cercano debe mirar esto como una situación de crisis y poner atención a este tipo de cosas, contener y entender que es un momento difícil, que las quejas son entendibles dentro de este contexto. Se necesitan redes de apoyo, proponer conversaciones, buscar medios para mantener la red de cercanía y por último, asumir que esto no es la realidad regular y que si o si terminará", nos indica Verónica.