Profesores enfrentan la incertidumbre de este particular año educativo
Las dificultades de las clases online, las incógnitas de la vuelta a clases y las distintas realidades de sus alumnos son parte de los retos que deben enfrentar día a día.
Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso
Como nunca antes, el inicio del segundo semestre ni se ha sentido. Llegó julio y con ello también una serie de dudas sobre qué pasará con lo que queda de año educativo, sobre todo, en los colegios de la región.
Si bien los alumnos han tenido que adaptarse en sus hogares a esta nueva modalidad de aprender, los profesores también han tenido que convertir sus casas en verdaderas salas de clases y sobrellevar la presión laboral de enseñar sí o sí pese a las dificultades.
Para el representante del Colegio de Profesores de Valparaíso, Andrés Reyes, jamás se había vivido una situación similar, por lo que esta nueva forma de trabajar se ha ido levantando bajo ensayo y error, dejando en evidencia falencias sociales y económicas.
"Nada puede reemplazar las clases presenciales y las razones son varias. Sólo el 40% de la población tiene acceso a internet y la gran mayoría no recibe esta posibilidad, no se produce la afectividad alumno-profesor y la cercanía valórica entre compañeros. Para los profesores ha sido una experiencia traumática que los lleva a tener que usar nuevos materiales y además recursos económicos propios, pero lo que más afecta es no poder transmitir con intensidad los contenidos".
Dificultades
Profesores de Valparaíso cuentan cuáles son las principales dificultades que han tenido que enfrentar, siendo la principal el escaso acceso a internet.
Macarena Sánchez, educadora diferencial del Colegio Rubén Castro, devela que para la educación se necesitan tres pilares: presencia, participación y aprendizaje. Pero, en estas condiciones, ¿se están cumpliendo?
"Dificultades en la presencia, porque en un principio no podíamos asegurar que todos los niños tuvieran acceso a un dispositivo electrónico o internet y lo primero que hicimos fue hacer un catastro para saber quiénes contaban con esta herramienta, para asegurar la presencia. Lo segundo, la participación, ya que no basta con que tengas el computador con internet, sino que tú puedas entrar y hagas las actividades, veas los videos, contestes las preguntas y ahí es donde tenemos más dificultades, porque los niños no quieren entrar, no tienen ganas y muchos no saben usarlas", manifiesta Macarena.
Además, la profesional junto a sus colegas se han cuestionado si el aprendizaje es efectivo, ya que bajo estas condiciones no saben con certeza si están aprendiendo o no.
Por otro lado, Adolfo Morales, profesor de educación física de la Escuela Presidente Salvador Allende de Reñaca Alto y la Escuela Marcela Paz de Viña del Mar, señala que la retroalimentación con sus alumnos y la comunicación con los apoderados es otra de las dificultades que tienen que enfrentar.
"Al comienzo intentamos implementar las clases con videos cortitos y duró dos días porque los apoderados nos mencionaron que no tenían internet. Por ejemplo, ahora, yo envío mis ejercicios a través del profesor jefe de cada curso, lo que hace muy difícil la conexión con los alumnos, teniendo un escaso feedback. La educación física es mucho de ver el progreso del alumno, corregir y esas situaciones no se están dando, por lo tanto, no he podido entregar lo que yo quiero", reflexiona el docente.
Cambio en la rutina
A todo lo anterior, hay que sumarle nuevos cambios en la vida de los estudiantes: muchos de sus padres quedaron cesantes, algunos no poseen hábitos de estudio e incluso, la gran mayoría, ya cambió sus horas de sueño.
"Se ha notado que falta motivación de los alumnos, muchos no tienen el hábito de sentarse a estudiar a cierta hora y también nos hemos dado cuenta que se están durmiendo más tarde, a eso de las 3 de la mañana, se despiertan a las 12 del día, lo que ha hecho más difícil el tema de las clases", señala Adolfo Morales.
Vuelta casi imposible
Para los profesores, la vuelta a clases de forma presencial parece imposible, ya que se deben reunir una serie de condiciones para retornar 100% seguros.
"Hemos conversado en cómo lo haríamos, ya que tenemos aproximadamente 40 niños por sala, por lo que, ¿cómo hacemos distanciamiento para los recreos por ejemplo? ¿El uso de mascarillas en los más pequeños? ¿Va a haber doble jornada? Porque hay profes que trabajan en dos colegios. Por lo que creemos que el año se terminará online, hasta que el ministerio no diga otra cosa", advierte la educadora diferencial.
Sin embargo, Patricia Colarte, seremi de educación, indicó que de existir un retorno, este contará con todas las herramientas necesarias.
"El retorno a clases se realizará, teniendo a la seguridad como eje principal, siempre y cuando las condiciones sanitarias así lo permitan. En esta instancia, el Ministerio de Salud en conjunto con el Ministerio de Educación darán el visto bueno para que se pueda volver, entregando a las comunidades educativas los protocolos sanitarios del Ministerio de Salud, junto a las orientaciones pedagógicas del Ministerio de Educación, más la entrega de kits sanitarios con artículos de limpieza, desinfección y protección para los estudiantes, equipos directivos, profesores y asistentes de la educación", informó.