Josefina Piddo Madaro - La Estrella de Valparaíso.

En un mercado donde la gente se preocupa cada vez más por su bienestar, las innovaciones en el área de la comida son varias. Sin embargo, la empresa rusa Bidifice busca marcar una diferencia. Su línea de helados que contienen una alta dosis de la bacteria bifidum, declara aumentar el sistema inmunológico y la salud de niños, embarazadas, lactantes y adultos mayores.

En un nuevo ciclo de Emprendedor Estrella, espacio que realizamos en conjunto con Soyvalparaíso.cl y Wom Factor, conversamos con la rusa siberiana Anastasia Gutkevich, fundadora de la marca de helados Bifidice, emprendimiento que desarrolló el primer helado funcional en Chile.

Comenzar un negocio al otro lado del mundo no fue un impedimento para la familia Gutkevich. Anastasia, quien creía firmemente en su producto, buscaba oportunidades internacionales donde las hubiera, hasta que nuestro territorio le hizo una oferta: "fue una aventura la que me trajo acá con mi familia. Postulamos a varios proyectos de desarrollo y quedamos en uno llamado Startup Chile. una vez que llegamos acá no hubo vuelta atrás", comenta la empresaria.

La idea provino de su padre, biofísisco de profesión, quien observaba a sus hijos cuando se enfermaban y buscaba remedios que fuesen atractivos para ellos: "Desde siempre estuvo interesado en el sistema inmune (…) Tras varios estudios, llegó a la conclusión de que podía utilizar una bacteria muy nutritiva para el organismo llamada bifidum y presentarla en el formato de helados de varios sabores", explica.

Pero a medida en que fueron expandiendo sus investigaciones, fue creciendo su público: "Con muchos estudios en Rusia también logramos comprender que este producto no solo era beneficioso para niños, sino también para embarazadas, aquellas en periodo de lactancia y adultos mayores" resalta la rusa.

Sin embargo, su prueba más grande seguían siendo los menores, Anastasia cuenta: "son nuestros consumidores más honestos, nada en el mundo, ni publicidad ni márketing los va a hacer comer algo que no les gusta". Para ello se enfocaron en generar alimentos que fueran beneficiosos y que no transaran en su sabor: "Nosotros escogimos una ruta difícil, ya que en el área de la comida existe mucha competencia. En este ambiente crear algo natural y delicioso que esté a la altura de la competencia es complicado".

Pero no se dieron por vencidos. Se apoyaron en gran parte en la ciencia, contratando tecnólogos de Rusia y Chile: "esta sinergia entre científicos nos dio para aportar la información y criterio suficiente para crear un producto que no cambie el sabor del helado original y que logre aportar los nutrientes esperados, destaca Gutkevich.

Al inmigrar a nuestro país, Anastasia tenía claras sus prioridades: "Es un poco más fácil aquí que en Rusia a la hora de emprender", cuenta que ha tenido apoyo bancario y empresarial al llegar a Chile, "mi experiencia personal fue de verdad maravillosa".

Su forma de surgir la ha trazado con esfuerzo, tratando de hacer contactos y obtener una plataforma: "empezar y como extranjeros, sin concer a nadie ha sido difícil en un principio, pero poco a poco hemos ido ampliando nuestros conocidos y encontrando agentes de producción, investigación apoyada por universidades, red de nutricionistas y distribuidora (ahora tenemos cinco) para la expansión a región".

Por ahora han mantenido una línea de productos estable. Cuentan con dos variedades de sabores y algunos que sacan por tiempo limitado: "En Bifidice tenemos helado de chocolate, vainilla y por ahora mango vegano. Vamos destinando varias líneas para enfermedades de invierno, niños, embarazadas (algunos han sido edición especial) y formulas veganas". Sin embargo Gutkevich recalca que sus helados no son curas milagrosas, sino que ayudan a que enfermedades no aparezcan: "No es tratamiento, es prevención".

Sus metas a futuro está principalmente centradas en la expansión. Quieren levantar su producto en más países de América Latina y Europa: "Ya estamos en esto, hemos dado algunos pasos para internacionalizarnos. Tengo mi primera franquicia en Italia, y tenemos un enfoque en el mercado americano. Ojalá llegar a Europa y Estados Unidos en algún momento" explica Anastasia.

Lo mismo sucede en Chile, esperan que en un futuro su invención se conozca en todo el territorio: "queremos aumentar la red e integrarla, no sabemos si optar por franquicias o distribuidores, por ahora se está evaluando cual es la mejor opción".

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