"La joya del Pacífico" se quedó sin un alma a lo largo de las calles
El comercio local ha sido el más afectado tras el primer fin de semana de cuarentena en Valparaíso y Viña del Mar.
Los ciudadanos, al menos durante el primer fin de semana de cuarentena en las comunas de Valparaíso y Viña del Mar, han acatado a las instrucciones emanadas desde el gobierno y prácticamente no han salido de sus casas.
La vida social y comercial que, incluso con el brote de COVID-19, hasta hace una semana todavía se podría apreciar en las calles, ha sido reemplazada por calles vacías, adornadas solo por personal de seguridad a cargo de realizar estrictos controles en diferentes partes de la zona.
Raúl Cerda, quien durante toda su vida ha trabajado en un quiosco emplazado en calle Valparaíso con Von Schroeders, es uno de los miles de comerciantes que durante este fin de semana sufrió una fuerte baja en sus ventas, extendiendo un panorama que hace rato se vislumbraba como poco alentador.
"Nosotros veníamos bien afectados desde hace mucho tiempo. Por ser independientes, no tenemos derecho a muchos de los beneficios que se están entregando. Mañana (hoy) creo yo que vamos a poder ver la baja real, porque como se supone que van a abrir los centros de pagos, los bancos, las notarías, ahí la gente puede que salga un poco más y a lo mejor habrá más ventas, pero nadie asegura eso", nos contó el experimentado comerciante, quien con su mascarilla de Everton es uno de los pocos locatarios que mantienen la atención en el centro de Viña del Mar.
Al avanzar hacia Valparaíso, llama particularmente la atención que tanto Caleta Abarca como Caleta Portales se encuentren vacías. En Portales, de hecho, está emplazado uno de los cordones de seguridad más estrictos, donde prácticamente todos los vehículos que pasan son revisados.
A diferencia de lo que sucedió en las horas previas a que se decretara la cuarentena, Portales solo cuenta con tres restoranes abiertos, los cuales únicamente funcionan con delivery, además de un puesto que vende pescados para aquellos que no se alcanzaron a abastecer.
Flor Núñez, dueña de este último local, aseguró que "no llueve pero gotea. La gente se está comiendo lo que compró antes del fin de semana, porque jueves y viernes se vendió mucho pescado, entonces este fin de semana era de esperar que sucediera esto, tenemos que acomodarnos. Nosotros somos todos familia, repartimos pescado por mayor, nos quedamos porque se supone que la caleta iba a abrir, pero el sábado no se abrió. Esta es una necesidad esencial, han fiscalizado harto, pero nosotros por suerte tenemos todos los papales, no cuesta mucho pedirlos, hay que hacerlo con tiempo no más".
Lugares emblemáticos
Como dicta la popular canción "La joya del Pacífico", del cerro Los Placeres no pasamos al Barón, y transitando por la avenida Argentina, nos encontramos con que no estaba la tradicional feria de las pulgas que cada domingo allí se emplaza.
Esto, además de significar un importante puntazo a la economía de quienes allí venden sus diferentes "cachureos", también se tradujo en una fuerte merma para los locales aledaños al sector.
Gustavo Toro, dueño del minimarket "Favito", confesó que "llevo 23 años trabajando aquí y nunca había visto algo parecido a lo que pasa ahora. Es muy complicado, yo vivo al día, dependo de las ventas, dependemos de los estudiantes, y obvio que también de la feria de las pulgas, pero lamentablemente todo se nos vino abajo, al comercio le ha afectado mucho todo esto".
Para graficar la crisis económica que hoy está obligado a sobrellevar, el mismo Gustavo nos indicó que "hoy he vendido como mil pesos, abrí tipo 9 de la mañana y ya son las 12 del día. Es doloroso, porque yo abro todos los días, vivo cerca, entonces puedo seguir peleándola, pero se nos fue todo lo que es la liquidez. Tenemos que comprar menos porque obviamente se vende menos, y con eso arreglárnoslas para tener qué comer, pagar arriendo y pagar todos los compromisos que uno tiene".
Caminando hacia calle Uruguay, apareció un pequeño puñado de la realidad a la que estamos acostumbrados. El mercado Cardonal estaba abierto con la mayoría de sus puestos tanto interiores como exteriores disponibles, todo bajo la atenta mirada del personal fiscalizador en Chacabuco.
Al menos un centenar de personas, entre comerciantes y caseros, dieron color a un mapa que hasta el momento solo era gris, aunque de todos modos, y más allá de que los presentes contaban con su permiso personal para poder comprar verduras y demases, el factor ventas era la piedra de tope.
Dos locatarios emplazados en el lugar, que prefirieron no entregar sus nombres, aseguraron que si bien el flujo de gente que antes del mediodía se veía bastante mayor al de otros locales, esto no significaba un repunte comercial. Ambos aseguraron que la venta había bajado en cerca un 90 por ciento, subrayando que "la venta de fruta y verduras es esencial, la gente responde, viene, se aprovecha de fumar un cigarrito, pero igual nos va súper mal, cayeron a piso las ventas, te lo digo, al menos en un 90 por ciento. Se ve difícil la cosa, pero hay que ponerle el hombro no más".
Calles vacías
"Avenida Pedro Montt, como tú no hay otra igual", dicta otro verso del clásico vals escrito por Víctor Acosta y Lázaro Salgado, la cual, en tiempos de pandemia, parece no tener mayor sustento. Es que la calle que sirve como principal foco comercial de todo Valparaíso, hoy es un lugar sin alma, por momentos lúgubre, con un sinnúmero de cortinas cerradas y un par de personas que deambulan buscando encontrar uno que otro local abierto. Los supermercados, eso sí, a diferencia de lo que pasó hace unos días, se mantenían abiertos y sin filas.
Sara Pulgar, encargada de la tienda Befoods que está en Pedro Montt con Francia, relata que "en la semana las ventas estuvieron más o menos, el sábado también, incluso con la cuarentena, pero hoy (ayer) ha estado muy, muy bajo. Los domingos generalmente nos iba bien porque la gente bajaba a la feria de las pulgas, pero ahora no hay, así que estamos bajos. Una mañana normal de domingo nosotros recibimos 20 o 30 clientes, pero ahora han pasado tres, con suerte".
La plaza Victoria dejó de ser un centro social. Los retail cercanos a la glorieta se encuentran cerrados, ya que no califican como locales de primera necesidad, y los porteños que habitualmente allí se reunían han preferido quedarse en sus casas para resguardar su salud.
Pasando por Bellavista el panorama no cambia demasiado; si bien alguno que otro local abrió sus puertas con el fin de buscar sustento, la imagen de los comerciantes de brazos cruzados era reiterativa. Pirámide en subida Ecuador, y un par de vendedores ambulantes rompían el esquema de silencio que hoy se puede ver en el corazón del Puerto.
Rumbo a playa ancha
Antes de llegar a Plaza Sotomayor, nos detuvimos en la bencinera Shell ubicada en calle Errázuriz. Los encargados de cargar de gasolina de los vehículos nos comentaron que el flujo durante el fin de semana había sido más lento que nunca, pese a que dicha estación de carga de combustible es una de las más conruridas de toda la ciudad. Tres automóviles en más de cinco horas de trabajo fue el escueto saldo del turno de la mañana.
Rumbo a Playa Ancha, el panorama no cambia demasiado. La plaza Echaurren todavía congrega a un importante número de personas de la tercera edad, quienes a duras penas ponían una bolsa de enseres básicos junto a sus piernas mientras, a lo lejos, conversaban con los locatarios del sector.
La playas San Mateo y Torpederas también estaban desiertas, tampoco se vio a gente realizando actividad física por el borde costero, aunque un grupo de pescadores de la Caleta El Membrillo se hacía notar al momento en que uno transitaba en auto, haciendo señas y gritando "tenemos de todo, casero". apuntando a los pescados que exhibían.
Al mirar desde Playa Ancha, lindo pueblo, se observa una ciudad que acató las normas pero que perdió parte de su alma, viéndose obligados a cumplir con una curentena que hace varias semanas se pedía casi a gritos.
El cementerio N°3 se encuentra cerrado, al igual que la pérgola de las flores y el tradicional puesto de mote con huesillo que allí se ubica. El parque y Alejo Barrios están mudos, casi siendo testigos de cómo no es una porteña buenamoza la que nos hace sufrir, sino más bien un virus que mantiene a la gente en sus casas, que afecta furtemente a la salud, y que también se las ha ingeniado para atacar poderosamente el bolsillo de todos los trabjadores.
La locomoción
Aquellas personas que logren conseguir sus permisos especiales para realizar labores de primera necesidad, tales como ir a un centro médico o bien ir a comprar alimentos, deben tener especial cuidado con el tema de la locomoción, entendiendo que los salvoconductos no sirven para todo el día, sino para un determinado y delimitado número de horas. Ayer, por ejemplo, las micros funcionaban con intervalos de 30 minutos, según indicaron varios de los choferes. En la misma línea, los taxis y colectivos también han bajado en flujo, por lo que aquellas personas que requieran utilizar un servicio de transporte específico, tal y como ocurre con quienes viven en los cerros, tendrán que tener salvoconducto y esperar más de lo normal para poder ser transportados. El caso del metro es parecido. Ayer, por ejemplo, los trenes salían de estación Puerto cada 30 minutos, funcionando hasta las 19.00 horas. Durante la semana, el servicio aumentará, con intervalos cada 12 minutos, partiendo a las 06.30 de la mañana y operando hasta pasadas las 21.00 horas.
"La gente se está comiendo todo lo que compró antes del fin de semana, entonces era normal que sucediera esto".
Flor Núñez
"Yo abro todos los días, vivo cerca, entonces puedo seguir peléandola, pero se nos fue todo lo que es la liquidez".
Gustavo Toro
"En una mañana normal de domingo, recibimos 20 o 30 clientes, pero ahora han pasado tres, con suerte".
Sara Pulgar
90 por ciento ha sido la baja en ventas, según estiman los comerciantes del mercado Cardonal.
3 días de cuarentena cumplirán recipen hoy las comunas de Valparaíso y Viña del Mar.