El pasado de 17 de marzo cuando faltaban minutos para las 20.00, en un vacío estadio "Lucio Fariña" apenas se escucharon los ecos de los gritos de unos pocos jugadores e integrantes del banco de San Luis, y tal vez retumbó el relato de las radios locales en las casetas del recinto deportivo. Así se vivió el último gol convertido por el cuadro canario en un partido que se jugó sin público.

Fue el agónico dos a dos para salvar un empate ante Deportes Copiapó. De ahí en más, el fútbol debió bajar la cortina en el país debido a la pandemia de COVID-19 que ya había desembarcado en Chile. Desde esa tarde ya han pasado 83 días, y el autor de esa conquista, Mariano Barbieri, se acuerda de esa jugada como si hubiera sido ayer. "Me acuerdo que fue un día martes, y el gol fue en el minuto 90; fue el último gol antes de que se parara todo el fútbol. Fue una jugada que le queda a Andrés Imperiale pasada la mitad de la cancha, se la da a Mati Leiva (quien hizo el otro gol sanluisino en esa jornada), quien me la pasa de primera, yo puedo controlar yendo para el arco y defino bien marcando el empate. Había sido un partido muy difícil", rememora el delantero trasandino.

-¿Pensaste en ese momento que iba a ser el último gol en mucho tiempo?

No, para nada. Todos pensamos que esto iba a ser más leve, pero bueno nos equivocamos como la mayoría de la gente, y de las autoridades. La verdad es que se está haciendo muy difícil vivir toda esta pandemia, para mí en particular, que estoy viviendo solo y no me relaciono casi con nadie, solo comparto con dos compañeros que viven en el mismo edificio (en Concón), Imperiale y Damián González, compatriotas también. Pasa que soy soltero, no tengo mujer, no tengo hijos. Mi familia está en Argentina (en el pueblo de Chivilcoy), al principio de esta pandemia intenté irme para allá, para estar con ellos, porque esto se venía para largo; pero ya se habían cerrado las fronteras, no había vuelos, así que, bueno, decidí quedarme y pasar aquí toda esta crisis.

Pensando en volver

-¿Y en lo doméstico, cómo te has manejado, con los entrenamientos virtuales, con las compras?

Seguimos trabajando vía zoom con las pautas que nos manda, y que nos cambia todas las semanas, el profe (Andrés) Toro; pero no es lo mismo entrenar en un balcón que trabajar con tus compañeros, hacer reducidos o hacer fútbol. Uno extraña harto la cancha pero hay que seguir preparándose para cuando se pueda reanudar todo. En cuanto a lo otro, me organicé un poco, trato de ir al súper una vez por semana, me entreno en el balcón del departamento con los elementos que tengo, y uno o dos días, como acá en la Quinta Región el aislamiento no es obligatorio, salgo a trotar un poco por afuera. Pero aparte de eso, no salgo para nada más.

-Ya se habla de fines de julio y principios de agosto para retomar el campeonato, ¿a ustedes les han comunicado algo en el club?

Mirá, lo único que sabemos es que el club ya está comprando los test para hacernos el día que tengamos que volver, para hacernos los estudios y ver si estamos todos en óptimas condiciones de empezar a entrenar. Pero más o menos, estiman que como viene la mano, puede que el 15 o 20 de junio se puedan retomar los entrenamientos, obviamente siguiendo un protocolo de sanidad. Creo que los equipos que vayan volviendo antes a trabajar en cancha (como Huachipato) van a sacar ventaja.

-En Chile has vivido la crisis social en Iquique y ahora la pandemia, ¿Ha sido muy duro?

Este es el tercer año que vivo en Chile (antes estuvo en Unión La Calera), y lo del año pasado fue complicado también, ver todas las manifestaciones, los líos en las calles entre la gente y la policía. Yo estaba lesionado en ese partido en La Florida cuando entraron los barristas de Colo Colo a interrumpir, vi todo por televisión. Se decía que en marzo volvían las protestas, pero con esto de la pandemia cambió todo. Obviamente, lo de ahora es mucho más duro, pero espero que vuelva la normalidad porque en Chile hace rato que no podemos estar tranquilos.

Claudio Morales Salinas

La Estrella de Valparaíso