El drama de ser mamá en plena pandemia: sin visitas ni acompañantes
Las embarazadas siguen siendo prioridad para el sistema de salud, pero por el virus el control es más exigente. Una madre comparte su testimonio.
El primer embarazo de Gissell López no fue fácil. Si bien desde un comienzo tuvo el apoyo de su pareja y de toda su familia, le tocó enfrentar un duro proceso con el estallido social y el coronavirus.
Hoy, con su hijita de 20 días en brazos, la joven villalemanina relata que fue a todos a los controles, pero extremando las medidas de seguridad. "Nunca fui en Uber, ni en micro ni en metro. Mi papá me llevaba en camioneta, porque como nosotros tenemos moto, obviamente no podíamos. Me pedían ir con mascarilla y sin acompañante", dice.
López afirma que su pareja la pudo acompañar un par de veces, pero que luego con las restricciones su rutina cambió. "Siempre salía asustada, porque embarazada tenía que hacer trámites, como comprar los bonos, porque online era todo muy engorroso y las páginas se caían", explica.
"Embarazo complejo"
La joven posteriormente tuvo a su hija en la Clínica Reñaca, en donde solo su pareja pudo entrar al parto. "Después de eso no tuve visitas ni de mi pareja ni de nadie. Para todas las mamitas era igual. Fue triste, porque uno lo que más quiere es estar con la gente que quiere", manifiesta.
Dos días después, la madre se fue con su bebé a la casa y su pareja hizo el trámite para inscribirla en el Registro Civil. "Tuvo que ir presencialmente, porque el Gobierno justo dijo que los trabajadores públicos fueran a trabajar, entonces online ya no se podía hacer la inscripción. Estuvo tres horas en la fila", comenta.
Por todo esto, Gissell López sostiene que "el embarazo para mí fue complejo, porque yo venía del estallido social. A veces iba a las consultas y me pillaba con marchas, lacrimógenas y después me tocó esto de la pandemia". La madre agrega que todavía hay familiares que no han podido felicitarla. "Es triste porque mis padres con suerte han podido verla y la familia de mi pareja todavía no conoce a mi hija, mis hermanos tampoco. Uno anda más sensible, he llorado mucho", expresa.
Estricto control
Tal como especifica esta villalemanina, la modalidad de atención para las futuras madres ha tenido que cambiar por la contingencia.
Danilo Zamorano, docente de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso (UV), enfatiza que "para el sistema de salud la embarazada tiene prioridad, porque uno atiende dos personas a la vez". No obstante, dice que "se ha cambiado la modalidad" en la atención.
El matrón, quien fue solicitado por el Servicio de Salud Valparaíso - San Antonio (SSVSA) para brindar apoyo en los centros de salud primaria, detalla que luego que la mujer es registrada en el sistema, es sometida a distintos exámenes.
"Dependiendo de las semanas de embarazo, se ve si se hacen presencial o no. Si tiene que ir al consultorio, se cumplen todas las medidas de protocolo como utilización de mascarillas, lavado de manos y se le toma la temperatura antes de entrar. También se le hace una pequeña entrevista si tiene sintomatología de COVID-19. El resto de controles la matrona los hace por teléfono", aclara.
Posteriormente, cuando el bebé nace, se recomienda "que no reciba ninguna visita en su casa, sólo de quienes viven allí".
Distanciamiento
Aníbal Scarella, gineco-obstetra y director de la Clínica de Reproducción Humana de la UV, afirma que durante el embarazo, "la mayoría estamos haciendo atención presencial con distanciamiento cada media hora", pero que al momento de reservar una consulta, se les realiza una encuesta para saber si tiene tos, síntomas respiratorios, fiebre, contacto con personas que eventualmente pudieran tener coroanvirus, entre otros.
"Después, cuando llegan a la clínica o centro de salud, se les toma la temperatura con un termómetro láser y se le vuelve a hacer esa encuesta. Entran sin acompañantes y se hace un control abreviado", acota el profesional.
Por esto, la atención a embarazadas ha sido aplazada de dos a seis semanas. "Se vuelve a repetir la encuesta y hay alguno centros que piden que la paciente tenga un PCR para coronavirus antes de una inducción o cesárea, pero si directamente es un parto que se no se puede programar, se hace sólo la encuesta", dice.