tranquila cuarentena
En el Día Internacional del Libro, el escritor y cineasta habla del futuro de la industria, de la literatura que generará la pandemia y de su encierro creativo.
Marcelo Macellari C. - La Estrella de Valparaíso
El Día Internacional del Libro, que se celebra hoy, es para Alberto Fuguet "una tradición nueva, como el Día del Niño, de la Madre o Halloween. Tradiciones que no existían y que han sido importadas, en este caso de España. En Barcelona se regalan claveles y se hacen ferias al aire libre, porque está llegando la primavera. Algo muy lindo que este año lamentablemente no va a ocurrir, pero me gusta la idea de que la prensa y todo el mundo hablen del Día del Libro, incluso gente que jamás leería uno. Sin embargo, el hecho de visibilizar el libro y de que sea pop, me parece importante y es como publicidad gratuita. No es una campaña de lectura, sino una celebración y es preferible que la gente hable de libros que de jugueras".
Para el escritor y cineasta, el hecho de que este Día del Libro sea virtual "o a puertas cerradas, justamente es darle un empujón más para demostrar lo importante que son los libros para las personas en sus casas y las nuevas formas de acceder a ellos. Las posibilidades de los libros electrónicos, los audiolibros y el libro en papel, que yo creo que sigue funcionando. Las crisis es para que la gente se reinvente y aquí el mundo editorial va a tener que pensarlo todo de nuevo y no seguir en una especie de inercia.
-Editoriales y bibliotecas han liberado parte de su catálogo online. ¿Entre la amplia oferta, qué recomendarías?
-Hay mucho libro circulando en la red, pero también hay mucho libro en la casa. Más que recomendar yo siento que la gente que sí tiene libros en su casa, sean lectores o no, deben revisarlos. Es la oportunidad de leer un libro que nunca leyó o releerlo, que es una experiencia increíble, sobre todo en el momento que estamos viviendo, donde tal vez se vaya a entender todo distinto. Creo que los libros no hay que recomendarlos, sino que tienen que llegar a ti por casualidad o azar.
-¿Qué crees que vaya a pasar con la industria del libro?
-No solo se va a tener que rearmar entero el negocio del libro, el tema de las librerías, los libros electrónicos, los audiolibros o cómo se promocionan los libros, sino que aquí hay una súper buena oportunidad y tenemos que aprovecharla, en el sentido de que la gente se ha dado cuenta lo importante que son los libros, no solo para entretenerse, sino que para sentir que el día no estuvo del todo perdido. No es lo mismo pegarse un maratón de algo tonto y malo en Netflix, que leer aunque sea un par de páginas. Leer es algo atávico y que mucha gente hace, pero otra no y en este mes y tanto de emergencia se ha dado cuenta de lo importante que son los libros y las historias, porque tampoco hay que ser tan fetichistas con los libros. Un libro para mí es algo que cuenta una historia o que abre un alma o revela una forma de ver el mundo, lo cual también se puede lograr a través de sus primos, que son el periodismo, el cine, el teatro y las series. Las más populares son las historias audiovisuales, pero en este remezón que estamos viviendo, las personas se han dado cuenta que los libros son el mejor ansiolítico.
-¿Será un remezón para las editoriales y librerías?
-Absolutamente. Para citar a REM: "Es el fin del mundo y me siento bien". Hasta qué punto se estaba haciendo las cosas mal. Por ejemplo, antes era clave lanzar un libro, porque si no se lanzaba no existía. Hoy no se pueden lanzar libros y mi impresión es que no están desapareciendo. Tal vez los Live en redes sociales son mejores que la firma de libros y los escritores no necesariamente deben aparecer, porque los libros hablan por sí solos. No todo tiene que ser análogo. Sin embargo, no creo que después de esta pandemia los libros electrónicos vayan a estallar tanto, sino que al revés, se va a querer más tener libros en papel, limpiarlos y después tocarlos.
-¿Crees que saldrá mucha literatura a partir de esta pandemia?
-Capaz que sí, lo que no te aseguro es que sea toda buena. Yo soy de la idea de que hay que narrarlo todo. Hay textos muy increíbles que son inmediatos y también obviamente las cosas funcionan con distancia. Espero que ocurran ambas cosas y esto se puede aplicar a terremotos o al golpe de Estado. De esto se puede escribir como crónica, poesía o novela. Mi impresión, aunque no soy futurólogo, es que lo que realmente va a ocurrir es que más que escribir sobre la pandemia, al haber tanta conexión con la soledad y el estar aislado, van aparecer textos, ya sea de literatura, teatro o cine, ligados más a la memoria personal o íntima, que a lo colectivo. Los problemas domésticos o de la familia pueden ser hoy más relevantes e incluso más políticos que una novela social. Lo que va a ser más complicado es para aquellos que escriben novelas de ciencia ficción, que de alguna manera predijeron lo que está sucediendo, entonces se tienen que plantear qué contar ahora. No creo que vayan a venir novelas del tipo "Contagio 2" o "Muerte en Guayaquil", y este impacto va a durar un tiempo, porque recordemos que el ser humano se adapta y muta.
-Aparte de tus columnas periodísticas, ¿es posible que lo que sucede hoy en Chile y el mundo inspire una de tus creaciones literarias?
-Sin duda que el hecho de estar encerrado y en un momento tan curioso, que temas que a mí me interesan, como el aislamiento, la desconexión y el sentido de la fragilidad, sean tan masivos, me inspiran, aunque yo no cuento sobre lo que estoy escribiendo, pues es una especie de cábala. Claramente ando bastante creativo y estoy incubando cosas, aunque no significa que vaya a salir algo literal. Me parece que este en un momento apocalíptico por un lado y por otro increíble para conectarse con otros textos, para leer y en mi caso, para escribir. Para qué voy a mentir, he estado escribiendo harto y decidí no ver los matinales para no engancharme con las noticias, que son muchas y a la vez reiterativas. Quizás como una manera de sanación y no desencajarme, he estado escribiendo.
Alberto Fuguet, autor de libros como "Mala onda" y "Sudor", reconoce que su actividad y personalidad lo prepararon mejor que a otras personas para enfrentar esta cuarentena: "Estoy acostumbrado a salir poco y estar encerrado. Por suerte tengo varios escritorios y uno que es mi favorito. Si bien es cierto que me gusta ir a escribir a cafés o lugares públicos, a hoteles u otras ciudades, como nunca me ha resultado bien escribir en casa. Es un reconciliación con estar en la casa y siempre escribiendo, y no sentir la necesidad de salir. Me acuerdo que para una novela arrendé una oficin a, a pesar de que tengo un escritorio cómodo y silencioso, la idea era huir y separar trabajo de casa. En este caso, no he podido salir y está resultando. Ha sido provechoso, sospechosamente y por suerte.
Alberto Fuguet: "Las personas se han dado cuenta que los libros son el mejor ansiolítico"
"No es lo mismo pegarse un maratón de algo tonto y malo en Netflix, que leer aunque sea un par de páginas. Leer es algo atávico".
"Más que escribir sobre la pandemia, al haber tanta conexión con la soledad y el estar aislado, van aparecer textos ligados más a la memoria personal o íntima, que a lo colectivo".