Veinte mil autos han pasado por los controles de la Ruta 68
A la altura del túnel Zapata se dispuso la barrera sanitaria en el camino de entrada a Valparaíso. Durante la Semana Santa hubo varios porfiados, pero durante estos días el mayor flujo de conductores viene por motivos laborales.
La misión es evitar que personas confirmadas como contagiadas con COVID-19, o que podrían estarlo, ingresen a la región. Para ello se estableció un infranqueable cordón sanitario donde se revisa a cada persona que toma la Ruta 68 para llegar a Valparaíso. Fuimos a ver la dinámica de estos controles en primera persona y esto fue lo que observamos.
La barrera está ubicada entre el túnel Zapata y el peaje del mismo nombre, específicamente en el paso nivel Veramonte. Personal de Carabineros de la Comisaría de Casablanca y de la Seremi de Salud se encargan de revisar los documentación y la temperatura, respectivamente. Se solicitan cédulas y licencia de conducir, se aplica el termómetro a la altura de la frente y se hacen algunas preguntas básicas. Esto se aplica a todos los ocupantes de un vehículo.
Nosotros no escapamos de esto. Revisaron la licencia del chofer, nuestros documentos y midieron si es que teníamos fiebre. El trabajador de la Seremi de Salud nos explica que es un día caluroso así que no hay que asustarse si el termómetro nos marca un número alto. Todos en el auto marcamos alrededor de 36°, así es que teníamos luz verde para seguir nuestro camino.
Quienes vengan de comunas que estén en cuarentena, deben portar el salvoconducto que les permita salir; del mismo modo, las personas que viajen por motivos laborales deben saber acreditarlo. Si están registrados como personas que deben estar en cuarentena por viajes al extranjero o por haber estado en contacto con algún contagiado, no podrán avanzar.
Este control se levantó un poco antes de Semana Santa. Se calcula que a la fecha se ha controlado a 11.000 vehículos, totalizando más de 22.000 personas.
En total, se contabilizaron 70 vehículos no tenían autorización para cruzar hacia Valparaíso, por tanto tuvieron que devolverse a la Región Metropolitana. En este grupo, la causal más repetida es la infracción a la cuarentena.
Como fuimos testigos, durante el fin de semana largo se registró una gran cantidad de personas que viajaban a su segunda vivienda con fines recreacionales y de paseo. Lo que vimos ayer se alejaba de eso, al parecer la gente entendió.
A plena vista se podía ver que la mayor cantidad de vehículos que hacían fila en la rotonda viajaba por motivos de trabajo. Camiones 3/4, camionetas de empresas de telecomunicaciones, vehículos cargados con toneles, cables, pallets y mercadería.
En el lapso que estuvimos en el control, notamos un caso que causó dudas: un sujeto que decía que tenía que ir a Reñaca a cuidar al hijo de su pareja por razones familiares. Tenía el salvoconducto para salir de Santiago y no estaba en la lista de personas en cuarentena, así que después de un rato siguió su camino.
En su mayoría los conductores iban solos o con algún ayudante, y esperaban pacientes que llegara su turno.
A eso de las 10.30 de la mañana, había pocos vehículos y el avance de la fila era rápido. La revisión de documentos y toma de temperatura es un trámite rápido que no toma más de tres minutos. En algunos casos, hay que revisar algunos datos y se separa a los vehículos a un costado mientras se confirma la información, para no entorpecer el avance de los demás.
Más tarde, ya pasado el mediodía, había un poco más de atochamiento vehicular. La hilera de autos llegaba hasta el final de la curva.
Los conductores se mostraban tranquilos y algunos aprovechaban de comprar un snack de un oportuno vendedor que ofrecía cuchuflíes y frutos secos.
De acuerdo
La opinión general de los choferes es de aceptación. Están de acuerdo en que existan estos filtros para entrar a las ciudades grandes, para así frenar los contagios por coronavirus. La mayoría ya está acostumbrado a este tipo de instancias, pues trabajan en rubros relacionados con el transporte.
Ajustándose la mascarilla con su mano derecha, y el antebrazo izquierdo apoyado sobre la ventanilla, José Ortega esperaba su turno. Al igual que la mayoría de los conductores, venía desde Santiago por motivos de trabajo.
Al preguntarle por este trámite que tiene que considerar cada vez que viaje a Valparaíso, responde que está de acuerdo, que son algunos minutos perdidos, pero necesarios en tiempos de pandemia.
"Me parece bien, en estos tiempos hay que tomar todas las medidas necesarias para protegerse, así que bien. No tengo quejas", comenta.
Dos autos más atrás venía Jorge Larenas. Cuenta que es primera vez que le toca el control del paso Veramonte, pero ya lo habían controlado en la carretera.
"Está bien, absolutamente. Creo que es la única forma de empezar a controlar la cantidad de contagios", reflexiona.
Jorge cuenta que trabaja repartiendo insumos médicos en algunas universidades de Valparaíso. Estima que debe hacer viajes al menos una vez a la semana, así que tiene que considerar una media hora extra en lo que va a demorar en llegar, pero lo toma con tranquilidad y buen ánimo.
"Desde Santiago tomamos la alternativa por la costanera y llegar aquí igual es cerca, así que no es mucho problema", explica.
En la fila, un hombre se desinfecta las manos con alcohol gel. Procura limpiar cada centímetro. Se llama Carlos Delgado y viene directamente desde el aeropuerto Arturo Merino Benítez en una camioneta con productos marítimos, que es el rubro en el que trabaja.
Su auto es su oficina, así que procura mantenerlo tan limpio como pueda. "Lo desinfectamos bien, en la mañana al empezar el día sobre todo", comenta.
Sus viajes hacia la Ciudad Puerto son cada un mes aproximadamente, así que no le había tocado el control de Zapata. "Me parece bien", recita a través de su mascarilla. Agrega que cuando le toca reparto a Quintero ya le había tocado pasar por uno de estos controles. En efecto, las cuatro carreteras más importantes de la provincia tienen controles de este tipo (ver recuadro).
Indefinido
El gobernador de la provincia de Valparaíso, Gonzalo Le Dantec, explica que este cordón apunta a tres objetivos trazados para evitar los contagios en la zona.
"El primero es ver si viene gente con condiciones o indicios de que pueda estar sufriendo el COVID-19. En ese caso se aplican los protocolos que establece salud, que es la derivación al centro de salud más cercano (en este caso el Cesfam de Casablanca) para que se hagan los exámenes necesarios", detalla Le Dantec.
El segundo punto tiene que ver con que "no venga gente con prohibición de movilizarse, con obligación de cuarentena, ya sea porque tiene COVID-19 positivo o porque estuvo en contacto con alguien contagiado, o porque está en una comuna en cuarentena, por tanto no debería salir de su domicilio si no tiene el salvoconducto".
Finalmente, el gobernador se refiere a la intención de que "la gente no intente llegar a su segunda residencia", que fue lo que ocurrió para Semana Santa.
Sobre esto mismo, relata que tras dos semanas de controles, el flujo vehicular en la ruta se ha reducido considerablemente.
"Hay gente que viene a trabajar a Valparaíso, o algunos que tienen que trabajar en la Región Metropolitana, pero sin duda el flujo es inferior a lo que se veía normalmente, sobre todo en día viernes", explica.
Si una persona es sorprendida violando alguna de las restricciones mencionadas anteriormente, queda registrada inmediatamente, se le aplica un sumario sanitario y se le ordena devolverse.
Además de estos controles, Le Dantec destaca que en las ciudades hay otras instancias para fiscalizar, como lo son las revisiones de personal de salud, PDI y Carabineros, que se podrían realizar tanto a peatones como a vehículos.
Al preguntarle al gobernador provincial por la fecha en que se mantendrá este punto de control sanitario, señaló que de momento es indefinido. "Va en función de lo que determiné la autoridad sanitaria", precisó.