A comienzos de abril un grupo de doce internos del Centro de Educación y Trabajo (CET) La Pólvora, integrantes del taller corte y confección, comenzaron a elaborar mascarillas para el personal de todas las unidades de gendarmería en el país. Hace unos días hicieron la primera entrega de 500 mascarillas a los funcionarios del Complejo Penitenciario de Valparaíso.

En tanto, la meta fijada por los privados de libertad del CET La Pólvora, es elaborar 15.000 elementos de protección reutilizables.

El jefe de la Unidad de Servicios Especiales Penitenciarios, capitán Luigi Ugalde, destacó que "estos implementos nos permiten elevar considerablemente los estándares de seguridad y de salud de nuestros personal".

Mientras que el director regional de Gendarmería, coronel Alvaro Rivera, añadió que "se están confeccionando una producción diaria, aproximada, de 300 mascarillas. Dentro de nuestras expectativas tenemos una primera entrega de 15.000 unidades con las que esperamos dotar a Gendarmería. Son medidas que se están tomando dentro de la región con la finalidad de poder minimizar el contagio de nuestros usuarios y también del personal".

Por otro lado, Cristian González, quien trabaja de lunes a viernes en el taller de corte y confección del CET, afirma que "sabemos que esto es para beneficio de las personas que andan aquí dentro y es bueno aportar con un granito con todo lo que está pasando la humanidad. Es satisfactorio estar confeccionando cosas que ayuden a la gente".

Matías Valenzuela

Atravesando una pandemia histórica, el Hogar de Cristo tuvo que saber adaptarse a los nuevos requerimientos sanitarios, puesto que dan ayuda al grupo de mayor riesgo de contagio.

La hospedería de Valparaíso, ubicada en calle Retamo, ofrece en circunstancias normales techo y cama para los más necesitados, que suelen ser adultos mayores y personas en situación de calle con enfermedades crónicas, son precisamente estos grupos los que revisten mayor peligro de contagio.

En razón de esto, hubo que actualizar los protocolos. Carolina González, jefa de Operación Social de la fundación en Valparaíso, cuenta que desde que comenzó el estado de catástrofe iniciaron un trabajo de educación e información con los usuarios.

Carolina relata que se le explicó a los residentes sobre los alcances de este virus y su rápido contagio. "Tomamos la decisión de empezar un proceso paulatino de cuarentena. Desde ese día las puertas de la hospedería quedaban abiertas las 24 horas, intentado que los usuarios salieron lo menos posible. Lo normal era que ellos se quedaran en la noche, y salieran en la mañana; desde que empezó esto, nosotros intentamos de que ellos no salgan", cuenta.

En esa ocasión, fueron ocho las personas que aceptaron quedarse en la residencia del Hogar de Cristo durante todo el día.

Con el correr de los días, y al tomar conciencia del peligro de contraer coronavirus, fueron llegando más usuarios. Actualmente hay cuarenta personas en cuarentena. Por temas de capacidad física y distancia social, ya no pueden recibir más cupos, pero las redes solidarias siguen operativas para ayudar a personas en necesidad de alojo.

Nuevos protocolos

Carolina aclara que se enseñaron todos los protocolos de higiene a los trabajadores, y se fijó un exhaustivo cierre de entrada y salida al lugar.

Asimismo, se tuvo que hacer un esfuerzo económico para poder entregar alimentación, que ahora es diurna y nocturna.

"Como fundación, se hacen los esfuerzos. Son esfuerzos económicamente importantes para no racionalizar ni dividir lo que teníamos", cuenta.