Jugadora de squash entrena en su estacionamiento
Camila Gallegos y sus hermanos Sebastián y José Tomás son seleccionados nacionales y aprovechan la forma del espacio para retomar la raqueta.
Nicolás Labra G.
Nunca en los últimos 15 años Camila Gallegos (22) había estado tres semanas sin tomar la raqueta de squash y dándole duro a la pelota contra una pared. "A lo más 4 o 5 días, pero no así de largo. Además el deporte es súper físico y se pierde muy rápido el training", cuenta la seleccionada nacional, al igual que sus hermanos Sebastián (24) y José Tomás (20).
Así que en plena cuarentena por el coronavirus en la comuna de Las Condes, el clan Gallegos buscó la solución más a la mano que tenían. Bajaron al estacionamiento del subterráneo -1 donde tienen el auto, limpiaron las superficies, pusieron una cinta gris para demarcar la pared frontal, y comenzaron a entrenar la tarde del lunes.
"Buscamos mantenernos activos en la cancha, por así decirlo. Nos funcionó perfecto, obviamente es mucho más chica que una cancha normal, pero funciona", dice.
Camila insiste en que el feeling con la pelota es clave en un deporte de tanto movimiento como el squash. "No teníamos cómo jugar en el departamento. Y si no lo tienes la intensidad de juego se pierde muy rápido. Esto no permite recuperar las sensaciones al 100%, pero es mucho mejor que nada", agrega satisfecha.
La idea para la mini cancha la sacaron del Country Club, donde suelen entrenar. "Mucha gente estaba intentando inventar canchas y lo hicimos". Cuenta que el plan gustó a la selección nacional, así que además les entregaron pautas físicas para poder trabajar en ese espacio. La rutina diaria indica una hora de práctica en el estacionamiento, clases virtuales después de almuerzo -estudia ingeniería comercial en la Universidad de Chile- y ejercicio físico en la tarde.
"El trabajo físico es de una hora y 10 minutos más o menos. Nos conectamos por Zoom con la selección los lunes y miércoles y los otros días nos hacemos las rutinas. Como llevamos años de entrenamiento, ya tenemos rutinas guardadas".
Al igual que los futbolistas u otros deportistas, debieron adaptar las condiciones del departamento para no perder la rutina en medio del confinamiento. "En la terraza, que es de baldosa, teníamos una mesa para comer afuera, así que la sacamos y ponemos maths de yoga para entrenar. Además entrenamos los tres, entonces tiene que ser un espacio amplio".
El lunes entrenaron de 17 a 18 horas, ayer fue de 9 a 10 de la mañana. Entre ambos, dice que el horario matutino les acomoda más en este momento. "Como en las tardes entrenamos lo físico, así hacemos el doble turno". El detalle, eso sí, es que en el subterráneo entrenan con zapatillas normales de ejercicio y no las particulares de squash. "Al jugar en un piso de madera, permite no marcarla. Acá como es cemento solo te sirve una zapatilla normal para el agarre en el suelo", explica.
Todo en veremos
Desde los siete años que la deportista practica el deporte y dice que ahora todo su "día a día gira en torno al squash y las competencias". Mal no les ha ido porque en marzo en el clasificatorio del Sudamericano de Argentina los tres clasificaron, pero la competencia que es a fines de mes está suspendida. "Entrenamos desde enero, casi no tuvimos verano. Es una pena porque para nosotros como familia era histórico".
El coronavirus también tiene en suspenso las fechas del Circuito Nacional. La cita de la próxima semana agendada en Concepción también está suspendida. El resto se tendrá que ir viendo con el tiempo.