"Sabemos que el virus viene fuerte y no vemos una reacción a la altura"
Gonzalo Ilabaca ve con preocupación cómo va enfrentar Valparaíso la pandemia, considerando su geografía y características identitarias.
Marcelo Macellari
Esta semana el pintor Gonzalo Ilabaca, un activo ciudadano de Valparaíso, escribió una carta a La Estrella donde señalaba su preocupación por el golpe que podía significar el coronavirus para que aquellos porteños que viven en situación de calle y la falta de camas adicionales para atenderlos. "Cada ciudad -afirma- tiene una geografía distinta y una manera del habitante de ocupar ese territorio, lo que llamamos una identidad local, y me imagino que en una pandemia como la que vivimos, hay que poner esa variable también en la mira. Los parámetros internacionales de los distintos organismos de salud para combatir el coronavirus -de la manera más efectiva- se deben bajar a los territorios según esa geografía y esas identidades locales. No es lo mismo vivir en ciudades planas, con edificios, higiénicas, como las europeas, a vivir en ciudades en cerros, donde no sabes dónde termina una casa y dónde comienza la otra".
El artista agrega que "el tema de la promiscuidad en la favelas de Río o en las tomas de Viña y Valparaíso no es lo mismo que en Manhattan o Vitacura. Y el virus tal como hemos visto es un asunto de promiscuidad, tal como ocurre en los aviones, que es como se desplazó el virus por el mundo. Tampoco es lo mismo sociedades eficientes como la alemana, comunitarias y obedientes como los chinos o vitales y desordenados como los italianos. El virus se va a los pulmones de todos ellos, pero la forma de enfrentarlo tiene matices distintos según geografías e identidades distintas. Conociendo la promiscuidad territorial y familiar de Valparaíso y los porteños, debemos prepararnos de la mejor manera".
-¿Qué acciones se deberían implementar?
-Siguiendo esta lógica, es de sentido común que además de las medidas universales, en cada ciudad o región se levanten mesas sociales que sean valoradas por el Ministerio de Salud y entes gubernamentales, donde se conjuguen las expertices del conocimiento local (territorial), tanto en las áreas de salud, asistencia social, orden, seguridad, cadena de alimentos, ambiental, etc., además de las autoridades comunales correspondientes, con el fin de bajar a terreno las indicaciones globales con un criterio común, técnico, por sobre presiones secundarias ya sean políticas y/o económicas o de cualquier otro índole. Necesitamos saber cuáles y cuando son las medidas claves y quienes y cuándo las irán implementando.
-¿Cómo considera que han reaccionado las autoridades locales frente a la emergencia sanitaria?
-Han reaccionado tarde, en el sentido que esa mesa, si está funcionando, no lo sabemos. No sabemos de un plan integrado de cómo se enfrentará la pandemia en todos sus matices, pandemia que se topará con la influenza, el invierno, servicios hospitalarios saturados y escasez de implementos básicos como es la tónica de todos los días. Por lo mismo, hay desorden y hasta uno mismo escribe cartas a los diarios proponiendo lugares para habilitar camas, otros dicen que los hoteles y hostales pusieron a disposición sus inmuebles, pero no hay claridad de las cifras que se esperan de enfermos, de cantidad de camas que se necesitan, de las que se tienen. Sabemos que el virus viene fuerte y no vemos una reacción integrada a la altura.
-¿Cree que lo autoridades y habitantes de Valparaíso debieran ser más solidarios con la gente en situación de calle en esta pandemia?
-Creo que en un plan integrado de salud social para esta pandemia ellos deberían estar integrados. Si los chilenos o los porteños somos o no solidarios habría que preguntárselo a los mismos afectados, es decir a los que están en situación de calle. Pero esta pandemia es un fenómeno nuevo en nosotros, no sabemos cómo reaccionaremos frente a ellos ni cómo ayudarlos o si los que los ayudan en su vida diaria están en sus casas encerrados y ellos, quienes viven en la calle, no pueden ser parte de ese experimento. Necesitan ser protegidos por el sistema. No sé por ejemplo, qué comen y dónde comen aquellos que iban al comedor 421 de La Matriz.
-¿Cómo ha vivido estos días de cuarentena y qué sensaciones ha experimentado con el encierro obligado?
-Lo he vivido como un aprendizaje donde me he dado cuenta lo difícil que es cambiar de hábitos, sobre todo de higiene. Al fin los chilenos, sobre todo los hombres, aprenderemos a lavarnos las manos. Por mi profesión de pintor estoy acostumbrado a trabajar solo en mi casa, por lo tanto el encierro me ha favorecido, tengo más tiempo para mi arte. Pero en cuanto a las medidas a adoptar también he actuado atrasado, subestimando el virus y por otra parte también hay su dosis de "psicopateo" en cuanto a dolores de cabeza, tos.
-Una situación como la actual se ha descrito en libros y películas de ciencia ficción. ¿Siente que la vida imita al arte?
-Siempre se ha dicho eso, pero más bien creo que el arte siempre se ha nutrido de la vida, no la imita, la inventa, en tanto que la cristaliza, le da valor agregado, volviéndola "otra cosa", es decir, la hace memoria colectiva, expandiéndola hacia el pasado y hacia el futuro.
-¿Vislumbra que lo que se está viviendo hoy lo vaya a volcar en alguna pintura?
-El solo hecho de saber que estamos viviendo un experimento, ya es creación, entra a la conciencia y al inconsciente, tarde o temprano caerá una pintura, como cae una fruta madura.
La Estrella de Valparaíso