Wanderers y una triste marca: 4 penales en contra en 4 fechas
Manos absurdas y faltas involuntarias, pero evidentes en área propia, han perjudicado a los caturros.
Manuel Gómez Poblete
Con 7 tantos en contra (y 4 partidos jugados, tras su retorno a la Primera División), la defensa de Wanderers es junto a las de Cobresal y la Universidad de Concepción, la segunda más vencida del campeonato, sólo superando a la hasta ahora permeable valla de Deportes Iquique que con Sebastián Pérez bajo los tres tubos, ha encajado 10 tantos en propia portería.
Al margen de aquello, lo que debería preocupar en Wanderers -y muy especialmente a Miguel Ramírez y a su cuerpo técnico- son los penales absurdos (cuatro en total) que han cometido sus jugadores, muchos de ellos, totalmente evitables.
De hecho, sólo el primer penal sancionado en contra del Decano (la mano que el VAR le sancionó a Francisco Alarcón, en el pleito inaugural del campeonato ante la UC), fue hasta casi... involuntaria e incluso, imperceptible. Es más, el juez Eduardo Gamboa no advirtió -a pocos metros de distancia- que con su mano derecha, Alarcón había interceptado el centro que por derecha había enviado el argentino Buonanotte. Es más, los hinchas porteños se "ilusionaban" con una posible expulsión de Aued (vía VAR), pero la video asistencia estaba analizando la intervención del volante caturro, sin ni siquiera ponderar una sanción mayor para el volante de la UC que en la jugada siguiente bajó a un caturro ganándose la amarilla.
Las torpezas
En el mismo duelo ante la UC del pasado 26 de enero, Wanderers cometió una segunda infracción penal sancionada por Gamboa, esta vez, sin la ayuda y/o intervención de los hombres del VAR.
Cual principiante, Ezequiel Luna se comió completito el amague (ya conocido) del talentoso Edson Puch, derribándolo en plena área. El argentino Zampedri asumió la responsabilidad de estirar las cifras, pero Mauricio Viana, con los pies, atajó el remate del ex Rosario Central.
Dos semanas después, en Rancagua, el "chambón" fue el joven Juan Carlos Soto, quien, tras un córner que había rechazado de cabeza Alarcón, se cruzó -con su mano en alto- en la jugada, lo que fue sancionado con la pena máxima por el juez Christian Rojas. Involuntaria, por cierto, la mano de Soto... pero también absurda, ya que la jugada del minuto 7 en "El Teniente" (y que fue transformada en gol por Roberto Gutiérrez, desde los 12 pasos), no revertía peligro alguno.
Y la del sábado ante la "U", sigue aún fresca en la memoria de los hinchas porteños. El infractor, una vez más, fue Juan Carlos Soto, quien al "barrerse" ante Del Pino (y arrastrarse en la marca) pasó a llevar con su brazo extendido el balón, lo que fue advertido por el juez Garay (66'). El posterior gol de Pablo Aránguiz (que fusiló a un indefenso Viana) cambió el rumbo de un partido en donde Wanderers se farreó la posibilidad de sumar puntos ante la "U".
manuel.gomez@estrellavalpo.cl