Marcela Guajardo Pérez

"Es impresionante. Beijing es una ciudad que tiene 22 millones de habitantes y que siempre está en movimiento, mucha gente, muchos autos y ahora esta vacía", cuenta Iván Segovia, viñamarino que vive hace casi dos años en la capital de China.

Fue en diciembre cuando se levantaron las primeras voces de alerta sobre el brote del coronavirus en ese país. Actualmente han fallecido más de 500 personas y los contagiados sobrepasan los 20 mil.

En un país de 1.400 millones de habitantes no parece mucho, pero las autoridades chinas y el mismo temor de la población ha convertido a municipios como Beijing en ciudades fantasmas.

"El temor está, toda la gente está con mascarillas, donde vivo yo que es como una especie de condominio, en la entrada hay gente tomándote la temperatura. El metro y las calles están vacías, el gobierno de Beijing prohibió que la gente se junte a cenar en restaurantes y si sales tienes que hacerlo con mascarilla. Mi esposa me mandó una foto del metro a las seis de la mañana que generalmente está lleno, pero ahora estaba vacío", dice Iván.

Este viñamarino que estudió Cine en la Universidad de Valparaíso, pero se dedicó a la gastronomía, siempre fue un entusiasta de la cultura asiática. A través de una aplicación para aprender chino conoció a su actual esposa, con quien tiene un hijo.

Discriminación

No es la primera vez que China sufre con una epidemia como la de coronavirus. Años atrás el MERS y el SARS dejó cientos de muertos y el mismo pánico mundial por el contagio.

Por eso Iván dice que esa situación ha provocado una discriminación injustificada hacia los ciudadanos chinos, tanto porque pueden ser portadores del virus, como por sus costumbres gastronómicas.

"Esos mercados donde la gente caza y vende todo tipo de animales sin normativas deberían haberse cerrado después del brote de SARS. Es verdad que hay una parte de la población en el sur que consume esos animales, pero en general, acá lo que más se come son muchas verduras, arroz y carne. Incluso mi mamá, quien vive en Reñaca, me dice que la gente tiene temor de ir a los malls chinos ahora. En las redes sociales dicen que los chinos comen lo que se les pone enfrente, que son cochinos y no es así", explica él.

Iván y su familia vivieron en carne propia esta discriminación cuando fueron a Vietnam para celebrar el Año Nuevo Lunar. "El dueño del alojamiento nos mandó un mensaje pidiéndonos que no habláramos en chino, porque la gente ahí andaba asustada".

Pero a pesar de la preocupación, Iván dice que el gobierno ha tomado todas las medidas para que este virus se expanda lo menos posible.

"Mi esposa es doctora y trabaja en un hospital público. Tanto ella como su familia y los amigos que tenemos acá están confiados en que esto se va a controlar. Imagínate si hicieron tres hospitales en diez días. Y las personas que han fallecido han sido genre con enfermedades preexistentes, con problemas de salud. Solamente nos tenemos que preocupar de tomar todas las medidas correspondientes, seguir los protocolos y no salir a la calle, que igual está difícil porque hay mucha nieve", afirma.

Lamentablemente, en donde no ha logrado encontrar apoyo ha sido en el gobierno chileno. "Nos han dejado de lado, recién después de cinco correos me respondieron. Los funcionarios se fueron de vacaciones y el cónsul no puede volver a China por las restricciones de viaje", afirma.

Control

En Chile, el Ministerio de Salud dio a conocer una serie de medidas para detectar rápidamente el virus. Los exámenes para hacerlo serán distribuidos tanto en distintas regiones del país, incluido Valparaíso.

Marcos Huilcamán, infectólogo de la Clínica Ciudad del Mar, aseguró que las medidas tomadas por China, la OMS y el ministerio podrían evitar que el virus llegue a nuestro país.

"Hay que considerar también el tipo de virus, es en general uno que se mueve en ambientes fríos, en China ahora están entre los 4° y 6° C y es difícil que llegue en nuestra temporada estival, además, tenemos la ventaja de que estamos bastante alejados", dijo el doctor.