Nadando contra la corriente
El deportista Oliver Eliot piensa en Tokio 2020 como su gran objetivo, pese a las dificultades que ha debido enfrentar en su preparación.
Un año de menos a más es el que tuvo el nadador conconino Oliver Eliot, quien inició su año en Perú sin resultados favorables pero, que a punta de trabajo en la piscina, logró revertir, prueba de ello, fue su participación en los Juegos Panamericanos donde entró en la final de esta edición, la tercera en su carrera. "En la prueba de los 50 metros libres -que es una de las más difíciles- es primera vez que entro a la final. Por ese lado fue muy bueno y ahora, en el campeonato Primavera cerré el 2019 con mi mejor marca del año. Estuve un año lesionado del psoas y me costó mucho hacer buenos tiempos. Ahora con periodo de carga competitiva logré luego de casi dos años, acercarme a mis mejores tiempos, eso quiere decir que mi terminé muy bien y vamos encaminados a lo que es clasificar a Tokio 2020", dice el deportista.
A sus 32 años, Eliot repasa lo que ha sido su carrera que inició luego que a los siete años aprendiera a nadar, creando un vínculo firme con el agua, pero en los genes había un antecedente, la madre del nadador practicó la misma disciplina hasta los 13 años donde logró un campeonato nacional, su padre en tanto, nadaba por hobbie. "En 1996, cuando tenía como ocho años me tocó ver los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y ahí me motivé por querer llegar a los esa competencia. Me motivé en que eso quería hacer y dedicarme, de ahí no paré más", relata el conconino.
Con su futuro enfocado al corto plazo en Tokio, Oliver no descuida la búsqueda de nuevos talentos, la piscina municipal de Concón podría ser el escenario para instalarse con su club y trabajar en sus pupilos, aunque dice, que hay una meta que no le gustaría descuidar. "Si es posible trabajaría en la Escuela Naval, es algo que me encantaría. Siempre ha sido como mi sueño ser entrenador ahí porque es una piscina que prácticamente inauguré. Le tengo cariño, he competido y entrenado ahí, me encantaría formar parte de este grupo".
Las barreras
Pero no todo ha sido color de rosa. A las molestias físicas se suma la falta de respaldo para avanzar. En 2011 el primer espaldarazo vino de McDonald's que apoyó económicamente en los entrenamientos de Eliot, aunque la ausencia de la autoridad se siente. "Por parte del Estado es muy difícil. Hay que llegar a la medalla para que comiencen a apoyarte y no es la idea. Deben proyectarse con el nadador y no esperar eso, por ejemplo, es muy difícil lograr un apoyo del Gobierno porque tendría que ser campeón Sudamericano y para serlo tengo que ganarle al vicecampeón mundial de mi prueba (50 metros libres), a otro nadador de Brasil y así suma y sigue. Me ha tocado difícil pero se sigue remando", apunta el deportista.
Cambio de planes
Aunque Tokio 2020 está cada día más cerca, en la agenda de Oliver las dificultades hacen que las barreras nuevamente aparezcan. El estallido social que vivo el país trajo cambios a sus planes. En un comienzo, el cambio en los programas de entrenamientos lo obligó a cambiarse de ciudad desde Valparaíso a Santiago, donde el club italiano le abrió las puertas. Junto a ello, el deportista perdió el ritmo de practica visitando la piscina solo en tres jornadas. "Tenía un proyecto con mi auspiciador para entrenar en Estados Unidos por seis meses pero, lamentablemente, no se podrá. Los presupuestos han bajado, pero seguiré practicando en el país con el apoyo de ellos para presentarme en abril al campeonato Sudamericano que será en Argentina, esa será la primera instancia para participar. Después iremos a un Grand Prix que será en Paraguay en mayo, esos dos son campeonatos claves para clasificar a Tokio 2020 que es el objetivo del año", adelanta Eliot, agregando que "luego de eso se viene el campeonato mundial de piscina corta que será a fines de año", concluye el deportista conconino.
Sofía Navarro Martínez
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