La Quinta llegó a La Moneda y cientos se sumaron a la causa
Al llegar se sentaron y entonaron "La joya del Pacífico". Antes de 7 minutos actuó el lanzaaguas.
Belén Velásquez y - Claudia Carvajal
¡Misión cumplida! En la tarde de ayer, los manifestantes que salieron desde Limache, rumbo a La Moneda lograron su cometido.
El grupo se detuvo frente a la Moneda, algunos se sentaron y comenzaron a cantar a todo pulmón "La joya del Pacífico", el himno de los porteños. Ahí no alcanzaron a estar más de siete minutos, ya que de inmediato fueron dispersados por carros lanzaaguas de Carabineros, incluso mientras todavía estaban en el suelo. Todo esto en vivo a todo el país.
Leonardo Martínez, uno de los organizadores de la manifestación, comentó que "finalmente la marcha llegó hasta la Alameda con Paseo Ahumada y ahí todo se dispersó porque empezaron a llegar carabineros".
Antes de arribar al centro de Santiago, Martínez contó que "desde la comuna del interior salieron aproximadamente 25 personas, luego se juntaron con otro grupo, logrando reunir a unos 50 caminantes, pero tras algunas deserciones, al final eran entre 30 y 40 los que llegaron a la meta, pero no llegaron solos.
"Se nos fue sumando mucha gente de Conchalí e Independencia, entonces creo que llegamos a unas 200 o 300 personas", aseguró cuando les faltaba cerca de una hora y media para llegar al Palacio de Gobierno.
El último tramo de la denominada "De la Quinta a La Moneda", comprendió desde la localidad de Huertos Familiares, una comunidad que queda a la altura de la planta de cementos Polpaico, en la ruta 5 Norte.
"Estuvimos en Quilicura, nos detuvimos en un lugar que se llama El Cortijo, en Conchalí. En todos lados nos recibieron con comida e hidratación. De ahí salimos por Indepencia hacia La Moneda", contó el también rescatista andino sobre el último tramo del recorrido emprendido
Aseguró que aunque otros se sumaron el lienzo de ellos es el que lidera la marcha también compuesta por ciclistas y automovilistas.
No lo pueden creer
Martínez relató que donde llegaban "nos decían que lo que hacíamos era emocionante, que teníamos sus respetos, que era algo fuera de lo normal. Yo creo que aún no lo creemos ni nosotros mismos", afirmó el caminante emocionado.
En cuanto a la alimentación, Martínez dijo que en cada lugar iban recargando los celulares y las energías propias. "Yo traía cosas para comer en una mochila y no he comido nada porque nos han dado mucha comida en todos lados, recibimos mucho cariño, todas las comunidades se fueron sumando de alguna u otra manera a esta cruzada".