Marcelo Macellari C. - La Estrella de Valparaíso

En sus cinco años de carrera televisiva en Chile, Yann Yvin ha incursionado en varios formatos: juez de programas de cocina ("Master chef", "Bake off"), conductor de matinal ("Muy buenos días"), animador de dating show ("Match") y monitor de reality ("Resistiré"). "Me falta leer el tiempo no más", dice el cocinero francés, quien regresa a lo suyo con "El discípulo del chef", el espacio de competencia culinaria que debuta mañana (21.30 horas) por las pantallas de Chilevisión, donde se reúne con sus colegas Ennio Carota y Sergio Arola.

En el programa, conducido por Emilia Daiber, los chefs ya no serán los jueces que determinan el futuro de los participantes a través de sus evaluaciones, sino que competirán junto a ellos y se someterán a diferentes pruebas culinarias. En total, serán 24 las personas que acompañarán a Yvin, Carota y Arola y formarán parte de sus equipos. Entre estos cocineros, los chefs deberán buscar al mejor aprendiz del país, actuando como maestros, directores técnicos y compañeros de equipo.

Respecto a la principal diferencia de "El discípulo del chef" con otros espacios de competencia culinaria, Yann Yvin señala que "aquí se puede ver a los chef cocinando codo a codo con su equipo. Y durante el programa con cada uno de los equipos vamos a desarrollar alrededor de 500 platos, creados en el momento, frente al televidente".

Un partido de fútbol

El programa tendrá dos tipos de competencias: grupales y los llamados "duelos por la permanencia", donde habrá enfrentamientos de duplas, individuales y de chefs.

-¿Cómo ha sido la experiencia de competir con tus colegas y amigos?

-Bueno, al final esto es como un partido de fútbol. Fuera somos todos amigos, pasamos mucho tiempo juntos, vamos a fiestas y cumpleaños, pero cuando entramos a la cancha defendemos a nuestro equipo.

-En la escenografía hay un tablero deportivo. ¿Es muy competitivo el programa?

-Muy competitivo e intenso. Hay un marcador y cada plato que va ganando suma puntos, hasta llegar al final del programa y encontrar el mejor discípulo. Y que quede claro eso: este no es un programa de competencia entre los chefs, sino de equipo.

-En un espacio como este es clave el nivel de los participantes, pero también la personalidad. ¿En tu equipo hay personajes atractivos televisivamente?

-El casting no está construido sobre el formato clásico de un reality. Los concursantes son amantes de la cocina en diferentes niveles, desde amateurs a profesionales, pero no hay personajes que tengan que sobresalir desde el punto de vista televisivo. Es como un restaurante, donde el chef y todo su equipo trabajan juntos.

-¿Cuál dirías que es el principal desafío que te ha planteado el programa?

-Como persona y como chef, al final tengo que estar más tranquilo para unir mi equipo. Tenemos que enseñar y nosotros, los tres chefs, no somos profes, no tenemos esa cualidad. Y la presión del tiempo y la intensidad del programa, hace que siempre estemos al borde de la irritación. Me faltan mejores herramientas para enseñar.

-En "Master chef" te hiciste famoso por tu carácter duro y frontal. ¿Has suavizado ese aspecto?

-En "Master chef" era juez, tenía que opinar y criticar. Aquí en cambio estoy trabajando codo a codo con los participantes, junto con ellos. La intensidad es mayor, pero a la vez es muy positiva, porque tenemos que trabajar unidos.

-¿No vas a retar a nadie entonces?

-No, no se reta a nadie, sino que se estimula a todos dentro del equipo, esa es la diferencia grande con otros programas de cocina.

-Llevas ya cinco años haciendo programas en nuestro país. ¿Qué opinión tienes de la televisión chilena?

-Hay de todo, como en todas partes. Programas buenos y programas malos. Lo que a mí me gusta es la televisión familiar, que reúne a todos alrededor de una mesa, que significa hablar y mirarse a los ojos. Por eso me interesa hacer un programa como "El discípulo del chef".