En Viña del Mar se puede vivir la milenaria ceremonia del té
En pleno centro de la ciudad jardín, una joven pareja de chinos abrió una tienda especializada en té. El padre de ella viaja desde el oriente a Chile cada seis meses y en su estadía imparte el tradicional ritual. La temperatura es el secreto.
Belén Velásquez Neracher - La Estrella de Valparaíso
El té es una de las bebidas que no falta en la mesa de los chilenos. A sus fanáticos no les interesa la época del año o si hay frío o calor para beberlo y el aumento en su consumo ha hecho que se popularice una gran variedad de sabores, los cuales pueden ser adquiridos en distintas tiendas especializadas en el brebaje.
Sin embargo, uno de los países expertos en la materia desde hace miles de años, es China, al otro lado del mundo, donde sus habitantes consumen el té de una forma muy lejana a la tradicional "bolsita" conocida por nosotros.
Saborear el té
"La ceremonia del té" para los chinos es algo cotidiano, pues no se trata de llegar y servir agua hirviendo sobre un cúmulo de hierba, sino que se debe saber que cada tipo de té necesita una temperatura, que se debe saborear el primer sorbo y que no se toma en tazones gigantes, sino que en pequeños pocillos.
En Viña del Mar, esta milenaria experiencia puede vivirse en la tienda Mimi de Té, ubicada en Libertad 988, donde por estos días -y por tan solo una propina- Wu Yongjun realiza el ritual a quienes lleguen a consumir al local perteneciente a su hija, Jiayan, y la pareja de ésta, Bob Wong.
Wu Yongjun (64) lleva alrededor de cinco meses en la ciudad jardín y dentro del próximo mes volverá a su natal China. Su año -junto con su señora- se divide entre el país oriental y Chile debido a la residencia de su hija en nuestras tierras, donde lleva unos dos años junto a su esposo.
Ubicado en el segundo piso del local -especializado en té, en comida oriental y dulces chinos- este hombre oriundo de la Provincia de Yunnan recibe a los visitantes en una especie de altar ornamentado con elementos propios de la cultura oriental.
Si bien no habla absolutamente nada de español, logra comunicarse con el traductor de Google, medio a través del cual asegura que "diferentes hojas de té tienen diferentes temperaturas", pues "la temperatura del agua es importante para la hora de un buen té".
En ese sentido, Wu Yongjun especifica que -por ejemplo- un té de crissantemo debe tomarse con agua tibia, mientras que el Pur'e con agua hirviendo.
Pero la experiencia en Mimi de Té -que lleva cerca de dos meses en su actual ubicación- va más allá de la tradición que implica la ceremonia de dicha infusión, pues también se puede vivir a través de la bebida "bubble tea", comida oriental y dulces a base de arroz, también típicos del continente asiático.
Elisa, una de las dependientas del lugar, explica que "las bebidas que más compra la gente es el 'bubble tea' y el té con espuma de leche. El primero es base de té, leche de coco y tapioca, que son unas pelotitas negras caramelizadas. Además tenemos bebidas a base de frutas, aunque la gracia del local es el té".
Verde y rojo
Por su parte, Bob cuenta que en estos momentos comercializan 15 tipos de té y que "la gente joven gusta del té verde y los mayores prefieren el té rojo, con poca teína y lo toman antes de dormir".
Para saciar el hambre también hay opciones. Los mocchi chinos, pelotitas de arroz glutinoso rellenos de maní o sésamo y con una salsa caramelizada, es una de las alternativas; así como también los bollos, una especie de masas al vapor que pueden ser tanto dulces como saladas.
Las comidas son preparadas por el propio Bob, quien además desde el próximo mes podría comenzar a realizar la ceremonia del té, luego que su suegro vuelva a China por los próximos seis meses.
"La comida la preparo yo, pero no es sólo comida China, es comida japonesa y oriental en general", dice, asegurando que los sabores que caracterizan a estos platos son "picantes y ácidos".
El menú cambia cada semana, cuenta Bob, aunque los que más se consumen son los de la categoría bento, es decir, que se sirven en un envase transportable.
Los más pequeños pequeños -o grandes con alma de niño- también tienen su espacio en Mimi de Té, donde a $1.800 se venden latas de gaseosas con sabores frutales como uva, naranja, manzana, pera, o durazno. La particularidad de estas bebidas taiwanessas es que cada sabor se asocia a un Pokemón, lo que hace que quienes disfrutan o disfrutaron de esa serie animada sean sus principales consumidores.
En sus cerca de dos años en Chile, Bob asegura que "gusta mucho de acá, pues el clima es muy bueno, ni frío ni caliente".
Para Wu Yongjun, un hombre cálido y de carácter amable, la experiencia en Chile también es positiva, aunque a través de su smarthphone dice que "siento que las personas aquí son muy pausadas, en China la vida es muy rápida".
La visita a este pequeño rincón de China en Viña del Mar termina con la gentil y clásica reverencia que realizan los orientales, símbolo de amistad y gratitud hacia sus interlocutores, pues -según el traductor Google de Wu Yongjun- hoy "la relación entre los países es muy buena".