Consuelo Paredes tiene 12 años, y su hermano Vicente 15. La relación entre ellos no solo está vinculada por la sangre y el ADN, sino que también el amor que ambos tienen por el jiu-jitsu. Por esas curiosidades de la vida, las peleas los llevaron a interesarse por el deporte y hoy, ambos lucen sus medallas ganadas a punta de esfuerzo y a los arduos entrenamientos que se dividen entre Quilpué, Santiago y Brasil.

Los hermanos Paredes son parte de la academia brasilera "Top Brother", que en nuestro país, no cuenta con una sede oficial, pese a ser el espacio más grande del mundo para esta disciplina. ¨Por ello, la perseverancia y la rutina deportiva son los elementos que los hermanos utilizaron para avanzar en este camino que comenzaron hace tres años.

"Cuando éramos pequeños nos gustaba mucho el tema de las peleas. Primero entrenábamos boxeo, hasta que conocimos a un profesor que enseñaba jiu jitsu. Nos ofrecieron entrenar y aceptamos. De a poco nos empezó a gustar más porque, a pesar que es una disciplina estricta, es interesante porque hay personas que son un poco más débiles y otras fuertes, pero quienes son débiles ganan solamente con una estrategia y agilidad, no solamente es fuerza", relata Consuelo.

La medalla conseguida en Río de Janeiro, Brasil, se suma a los logros que estos hermanos anotan en su carrera. A nivel internacional, y solo por mencionar algunos trofeos,el año pasado en el Campeonato Mundial de Abu Dhabi disputado en Emiratos Árabes Unidos, el mayor de los Paredes se adjudicó el segundo lugar en la categoría "Teen" mientras que su hermana, se subió al podio en el tercer lugar de categoría infantil. Ambos figuraron como los únicos representantes de nuestro país en este certamen.

Rutina internacional

El miércoles, Consuelo, Vicente y su padre Francisco, volvieron a su casa en Quilpué luego de varias semanas en Río de Janeiro. Tras competir en el Arena Jiu Jitsu, se quedaron en tierras brasileras para entrenar y preparar su participación en el campeonato panamericano donde la dupla consiguió la medalla de oro.

"Entrenamos juntos, para eso nos fuimos un tiempo antes a entrenar a Brasil porque allá están los mejores entrenadores entonces, era mejor para nosotros y nuestro desempeño. Entrenábamos todos los días y después, seguimos preparándonos para esta competición", dice Consuelo.

Por su parte, Vicente complementa que la preparación física fue con distintas personas fuertes en lo técnico. "Cuando estuve en la competencia me sentí preparado, nervioso también, pero el lugar y la sensación fue muy agradable", sostuvo, agregando que la falta de espacios en nuestro país lo obligan a él y a su hermana a viajar constantemente a las tierras de la samba, porque "allá hay un buen nivel, cabros con fuerza, con técnica y velocidad. Hay cinturones muy variados. Es entretenido porque no sabes lo que te va a tocar, lo que puede pasar y hay que aprovechar al máximo ir a a las competencias, además que ellos no van a querer que le ganen en sus tierras, le ponen corazón", agrega el joven que sueña con alcanzar el campeonato mundial en su carrera del arte marcial.

La vida familiar

La rutina de entrenamiento marcada por estar lejos de casa, hace que la vida de la familia Paredes no sea algo fácil. Al no contar con financiamiento, el núcleo íntimo es quien debe cubrir los costos de los viajes de sus hijos deportistas. El padre de Consuelo y Vicente, Francisco, debe dejar su trabajo en ciertos periodos para acompañarlos a Brasil y ser testigo de la rutina de entrenamiento y sus avances en una disciplina que en nuestro país, junto con la falta de espacio también obliga al autofinanciamiento.

Sofía Navarro Martínez

deportes@estrellavalpo.cl