Zapatero porteño se modernizó y trabaja a domicilio
Juan Torres San Martín retira y entrega en casas y oficinas los zapatos y prendas que deseen reparar su centenar de clientes, ubicados preferentemente en el barrio Puerto.
"Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña", dice la popular frase y esta describe a la perfección lo que debió hacer el zapatero Juan Torres (52) cuando comenzaron a escasear los clientes y debió salir a buscarlos.
Con 32 años de oficio, el que comenzó a aprender de su suegro a los 15 años, Juan Torres trabajó en distintas reparadoras de calzados de Valparaíso y decidió independizarse.
"Siempre trabajé apatronado y llegó un momento en que quise hacerlo por mi cuenta. Y se me dio un kiosquito de diario en el Parque Los Ingleses y ahí fui creciendo. Luego me instalé en Las Heras, siempre buscando más clientes que usaran zapatos de cuero, pero en ese sector no me fue bien, pues los zapatos chinos abundan", comenta el ingenioso emprendedor, a quien se le ocurrió poner un cartelito en el sector de calle Prat y poco a poco lo fueron llamando.
No habÍa confianza
Una de las primeras barreras que debió sortear el zapatero "móvil" fue la desconfianza de su nuevos clientes. "Veían mi cartel y no sabían quién era, me estaban entregando sus zapatos y no conocían mi trabajo ni mi persona. Pero yo tuve que hacerlo así porque había cuentas que pagar e hijos que mantener", explica el porteño domiciliado en Rocuant, a quien todavía le cuesta entregar tarjetas en la calle, pues la gente cree que le está pidiendo algo.
"Ahora ya llevo un año trabajando directamente en oficinas y casas y me he hecho de clientela. Poco a poco ya tengo gente hasta en el faro Punta Angeles. Hasta allá llego caminando, pues me llaman de la Armada, bancos, oficinas de todo tipo y hasta del Congreso", confiesa Torres, quien por algunas temporadas se dedicó a otros trabajos, pero regularmente volvía al trabajo del calzado.
Juan explica que uno de los pilares de su trabajo es la calidad de material que utiliza y los precios convenientes que tiene. Una tapilla de zapato reina femenino tiene un costo de 2 mil pesos y la frecuencia de retiro es de dos a tres veces por semana.
"Mi sueño es tener un espacio donde trabajar acá en el plan, pues muchas veces la gente necesita la tapilla al instante y por ahora no tengo esa opción", sostuvo el zapatero móvil, quien ahora cuenta con un ayudante para agilizar los pedidos.
Hijos profesionales
Juan trabaja caminando y regularmente porta inmensas bolsas con decenas de zapatos y botas de sus clientes del plan porteño. Gracias a su noble oficio ha podido salir adelante y educar a sus 4 hijos, tres de ellos mayores de edad. Uno en Estados Unidos y dos contadores auditores. El más pequeño tiene 10 años, misma edad de su nieta mayor y todos son su gran orgullo porque son muy responsables y estudiosos.
Quienes deseen recurrir a los servicios de Juan Torres, que retira y entrega sin costo extra, pueden comunicarse al fono +56976109144 (contesta whatsapp) o escribir al correo reparadoradjuan@gmail.com.