Volvieron a meterse en la pelea
Sufriendo más de la cuenta, Wanderers venció al Morning y quedó como único escolta, a dos puntos, de Cobreloa.
Lo importante era ganar, no importaba cómo, pero Wanderers necesitaba despedirse de buena manera de local, antes del paro por Copa América, con un triunfo. Lo cierto es que ayer, ante Santiago Morning, los verdes mostraron pasajes de muy buen juego, pero también demostraron una incapacidad para mantener la ventaja muy preocupante de cara al futuro. Los porteños, no sin sufrir más de la cuenta, dieron cuenta del "chaguito" por tres goles a uno, cortando con ello una mala racha de dos duelos sin ganar, y además, sin convertir.
A las bajas por suspensión de Marco Medel, Francisco Alarcón y Bernardo Cerezo, los caturros sumaron además la ausencia de Enzo Gutiérrez, quien por la tarde del sábado sufrió de un fuerte estado gripal y debió salir de la convocatoria. Con cuatro de sus habituales titulares menos, Miguel Ramírez se las ingenió para alinear un equipo que, durante los primeros minutos de encuentro, fue amo y señor de las acciones.
La primera acción real de peligro, de hecho, fue rápidamente traducida en la apertura del marcador para el Decano. Nelson Rebolledo pivoteó un córner servido al área chica, el balón dio en el travesaño, y por el segundo palo apareció Lionel Altamirano, quien le ganó por arriba a su marca, y de cabeza, anotó el primer gol del encuentro cuando el reloj apenas marcaba los 11' de compromiso.
Santiago Morning, dormido en la cancha, solo se generó una chance de peligro luego de un errático saque desde el fondo de Mauricio Viana, quien terminó entregándosela al rival, y luego siendo testigo de la fuerte, pero demasiada elevada, definición ejecutada por Manuel Silva.
Los locales estiraron el juego hacia el campo microbusero, y casi como jugando una exhibición, sacaron una jugada digna de baby fútbol para generarse el segundo gol. La pelota era disputada en el sector derecho del ataque porteño, hasta que el zurdo Matías Marín recibió de espaldas al arco y con la férrea defensa forastera encima. El zurdo la pisó, esperó, y sirvió con calidad a un destapado Lionel Altamirano que se encontraba más cerca del centro de la cancha, allí, el ex Estudiantes de Caseros, tocó con clase para un Gustavo Lanaro que, lejos del área, no se mostró nada incómodo, amagando ante su marca, y desde fuera del área, acabó sacando una bomba de zurda a ras de piso que se incrustó en la meta defendida por Franco Cabrera a los 32' de juego.
Un golazo que hizo que hinchas, jugadores, dirigentes y periodistas presentes en el Elías Figueroa se levantaran de sus asientos para aplaudir.
Nueve minutos antes de que terminara la primera mitad, Adrián Cuadra fue víctima de un fuerte planchazo por parte de Cristóbal Cáceres, lo que a la larga significó que el jugador del "Chago" viera la tarjeta roja, y que el canterano verde fuese reemplazado al comienzo de la segunda mitad.
Intranquilos
Con un hombre más en la cancha y con dos goles a su favor en el marcador, se esperaba que el trámite fuese tranquilo para el Decano en la segunda mitad. No obstante aquello, Santiago Morning, de la mano de sus modificaciones, tomó un impensado protagonismo en la cancha, pareciendo ser ellos quienes tenían ventaja numérica, y encontrando un justo premio al hambre y amor proprio mostrado.
El recién ingresado Óscar Ortega, a quien los defensores wanderinos hicieron ver una y otra vez como un jugador del Real Madrid, se encontró con la pelota "chanchita" luego de una buena jugada de Gatica por la derecha, anotando con ello el descuento para un cuadro visitante, que con más de media hora de juego por delante, iría con todo por el triunfo.
Por mientras, las torres de iluminación del estadio, que tantos dolores de cabeza han traído a la dirigencia porteña, volvieron a encenderse. Funcionaron bien y el estadio no se fue a negro como en otras ocasiones, pero sí generaron un corte de voltaje que dejó el marcador encendido por el resto del encuentro, y que además cortó los altoparlantes, evitando, por ejemplo, que no hubiese reprimenda cuando los hinchas prendieron una bengala en 72' de duelo.
A celebrar
Cuando la incertidumbre de apoderaba de los corazones verdes, Gustavo Lanaro conectó un saque de esquina servido por Luis Valenzuela para decretar, a falta de 20 minutos del pitazo final. El 3-1 que acabó siendo definitorio, logrando con ello que Wanderers se convierta en el único escolta de Cobreloa, y principalmente, dándole una bocanada importante de oxígeno a un plantel que había perdido su confianza.