Artesano limachino sorprende con su atrevida armónica
Vendedor callejero dio a conocer su faceta desconocida en la música. Osvaldo Soto, alias 'Kiko Blues', ha tocado con músicos de Charly García y Luis Alberto Spinetta.
Mauricio Oyanedel V. - La Estrella de Valparaíso.
"El vivir debe ser un arte, de eso me doy cuenta cuando veo a la gente que no disfruta de la vida". Estas son las palabras de un hombre que se ha convertido en parte del paisaje regional debido a muchos de sus talentos. Conocido como un hábil artesano para algunos y catalogado como un excelente músico por otros, Osvaldo Soto ha dejado los pies en la calle en busca de su bienestar.
A sus 62 años, este limachino se ha dado el gusto de tocar junto a connotados músicos nacionales y extranjeros, faceta artística que siempre le ha gustado mantener en un bajo perfil, hasta ahora. "Aprendí a tocar la armónica cuando me fui a Brasil en los '70. Allá también conocí la artesanía y aprendí a trabajar el cobre. Nunca estudié nada, todo lo aprendí de manera autodidacta y hasta ahora me dedico de lleno a estas dos pasiones".
No se achica
El atrevimiento ha sido clave en la trayectoria de este puntanerense que llegó hasta la "ciudad de los tomates" hace 26 años, después de un extenso periplo por tierras cariocas y otras localidades de Sudamérica. Fue justamente en el valle del Marga Marga donde logró encontrar la inspiración para dar rienda suelta a su música, siendo el blues el género que le ha permitido codearse con reconocidos músicos. Sobre aquello, Osvaldo Soto contó que "si bien la mayoría me ubica por mi faceta de artesano, muchos me reconocen por haber tocado con grandes músicos, como 'Pancho' Sazo de Congreso, con 'Moncho' Pérez de Ángel Parra Trío, o con Edelmiro Molinari de la banda Almendra, que fue uno de los primeros grupos de Luis Alberto Spinetta".
El músico también agregó que "nunca he leído música, pero a pesar de tocar con músicos gigantes, siempre me paro de igual a igual ante ellos. La música nos hermana, por eso no me achico con nadie".
Invitado por el centro cultural Casa de Ladrillo de Villa Alemana, el armonicista compartió escenario con Kiuge Hayashida, guitarrista del legendario músico argentino Charly García, oportunidad donde pudo demostrar todo su talento con el instrumento de viento: "Sabía que Charly tenía músicos chilenos pero nunca había podido compartir con ninguno. Fue bueno tocar con Kiuge y los demás músicos ya que hubo una buena comunicación sin haber preparado nada antes", señaló.
El artista callejero también recordó a uno de sus amigos con los que comparte el gusto por este arte. "Recuerdo mucho a Edelmiro Molinari, que tocaba con Spinetta. De hecho a él le compré muchas armónicas cuando empecé con esto".
Blues
Kiko Blues, (seudónimo de Osvaldo Soto) sabe muy bien que su esfera artística es el under y no piensa salirse de ahí. Es por eso que el blues se ha convertido en el medio ambiente donde se siente más cómodo. Eso sí, el músico tiene una visión particular sobre el género: "Mi sonido es de gratitud a la vida. Mi armónica no es triste ni llorona, como suele ser el blues, ya que ahí se expresa el sufrimiento. Esa es una diferencia. Como artesano, tengo otra perspectiva de la vida. Yo busco solucionar los problemas".
Doscientas UTM, $9.670.000 de hoy, deberá pagar Canal 13, luego que la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la multa impuesta por el Consejo Nacional de Televisión por una rutina de Yerko Puchento, realizada en el programa "Vértigo", en la que el comediante se "mofa y menosprecia" la imagen de la Virgen María.
Según informó el portal del noticias Emol, El polémico episodio ocurrió en el capítulo de "Vértigo" del 17 de mayo de 2018, cuando el comediante simuló su propio funeral. En la oportunidad, Daniel Alcaíno (Yerko Puchento) se refirió de manera ofensiva a la figura de la Virgen María en reiteradas oportunidades.
Debido a lo anterior, dos personas presentaron denuncias contra el humorista por "mofa y menosprecio público de un símbolo que para otros tiene el carácter de sagrado", amparadas bajo la Ley N 18.838, donde el primer artículo establece que los canales de televisión deben respetar el pluralismo, entendiéndose como "el respeto a la diversidad social, cultural, étnica, política, religiosa, de género, de orientación sexual e identidad de género".
Cuando se conoció la denuncia, Canal 13 defendió la rutina y se amparó en la libertad de expresión, argumentando que la rutina de Yerko Puchento buscaba hacer reír al público. Sin embargo, la Justicia consideró que "tales expresiones no se advierten como necesarias para lograr su objetivo, pues antes de proferirlas el público ya estaba entretenido con su rutina, de manera que no se advierte la necesidad de lesionar, mediante la burla".