Bolsonaro aclara que no viene a hablar de Pinochet
El presidente brasileño llegó ayer a nuestro país. Sobre el rechazo de algunos sectores políticos a su visita dijo "estamos en democracia".
Luego de que el avión que lo trasladó a Santiago aterrizó en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, cerca de las 16.30 horas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se refirió a su presencia en el país, donde vino a participar de la cumbre de Prosur que se realizará en el palacio de La Moneda.
En un punto de prensa, el mandatario brasileño dijo que "no estoy aquí para hablar de Pinochet" y destacó que la dictadura chilena fue muy similar al régimen que hubo en su país a partir del año 1964.
Bolsonaro también hizo un llamado a no permitir que la izquierda se posicione o busque una verdad diferente a la de esos tiempos. Además comentó que las autoridades económicas de su país revisan el modelo económico implantado en Chile para replicarlo.
El presidente de Brasil llegó a Santiago tras reunirse en EE.UU., con su símil Donald Trump. Sobre la reunión, informó que se hizo gestiones por la situación de Venezuela.
Respecto de la detención del ex presidente de su país, Michel Temer, Bolsonaro opinó que "la justicia nació para todos".
Rechazo en el país
Su llegada se da en medio de los reproches de la oposición a sus opiniones en torno a la homosexualidad, por decir que "el error de la dictadura (en su país) fue torturar y no matar"; o contra la mujer, cuando señaló que "deben ganar menos porque quedan embarazadas". De hecho, los presidentes del Senado, Jaime Quintana (PPD), y de la Cámara, Iván Flores (DC) se restaron del almuerzo que este sábado el Gobierno organizará en su honor, argumentando que la presencia de Bolsonaro no se trata de una visita de Estado. Incluso algunos parlamentarios del Frente Amplio ingresaron ayer un documento que busca declarar como persona "non grata" al gobernante brasileño.
Sobre la decisión de Jaime Quintana de restarse del encuentro oficial, el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, destacó que "me parece justificable, porque siempre hay una excepción a la regla y en este caso se trata de un presidente que reconocemos ha sido elegido democráticamente, pero sigue emitiendo opiniones que van en contra de la Declaración Universal de DD.HH.". El Mandatario brasileño no hizo eco de las críticas y le restó importancia a los cuestionamientos indicando que todos tienen derecho a manifestarse recalcando y que "estamos en democracia".