Cinthia Matus O.
Le dijeron que lo andaban buscando, pero como tenía la consciencia tranquila y no tenía ningún problema con nadie, se desentendió y siguió con su vida como siempre. Alex Rodríguez (34) cuenta que no le tomó importancia, hasta que el 6 de diciembre del año pasado, después de ir a dejar a sus hijos a la micro, lo fueron a ver a la casa tres tipos armados.
"Me empezaron a tirar piedras al techo y cuando salgo a ver, había tres tipos afuera con pistolas y escopetas. Me defiendo de una de las personas y me tira un escopetazo en el pie. Me lo reventó en base a nada", relata.
El viñamarino, que reside en El Olivar, asegura que de los tres, sólo ubicaba a dos de vista. "No tengo ninguna relación con ellos, pero trabajé con muchas personas como contratista y, por lo que he averiguado, ellos tenían un problema con un cabro argentino que trabajaba conmigo. Atados de drogas", explica.
Se salvó de milagro
Después que le dispararon, los individuos arrancaron. "Quedé tirado en el suelo, me hago un torniquete con la correa y si no es por un vecino, me muero ahí mismo. Llegó Carabineros, una ambulancia y me llevaron grave al Hospital Gustavo Fricke. Llegué con medio litro de sangre", detalla.
Alex Rodríguez llegó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Fricke a eso de las cinco de la tarde y lo operaron a las 21.00 horas. "Estuve en la UCI una semana, morí por 15 minutos, me hicieron reanimación y estuve en coma tres días. Después desperté y la PDI llegó a preguntarme si recordaba lo que pasó. Les dije que sí, pero estaba choqueado porque me desperté sin una pierna", recuerda.
Desde ese día, el viñamarino trata de salir adelante por sus hijos. "Cuando morí hablé con Dios y le pedí una nueva oportunidad para estar por mis hijos. Mi hijo de 8 por el momento está con la mamá porque no puedo cuidarlo, pero estoy con mi hija de 13 que es mi apoyo junto a mis papás", afirma.
Mientras se recupera con las terapias y evalúa la prótesis que utilizará, Alex Rodríguez clama que la justicia se encargue de los tipos. "Yo no les guardo rencor, porque si estoy viviendo, es por un milagro. De hecho, en el hospital me pusieron 'El Milagrito'. Lo que sí quiero, es que los tres paguen por lo que hicieron, porque andan en la población intimidando gente, dando balazos al aire y tengo temor que me vuelva a pasar algo malo con mis hijos", manifiesta.