
Partida falsa en el Sausalito
Menos de treinta minutos duró la intensidad de un Everton que al final terminó cediendo terreno en lo físico, anímico y futbolístico ante U. La Calera.
Manuel Gómez Poblete
Mucho que pensar y quizás, revaluar, dejó en el interior de Everton, el duro revés sufrido -el mediodía del sábado- por el elenco Oro y Cielo en su debut como local en el Torneo Nacional 2019. Y es que más allá del 1-2 ante un afiatado rival como Unión La Calera, lo que más preocupó entre los hinchas viñamarinos... fue que el buen fútbol y la intensidad que pregona el técnico Gustavo Díaz, duró apenas 25 minutos. Y tras ello, el cuadro de Everton extravió el rumbo, hasta terminar inclinándose... casi de forma resignada ante un rival que a pesar de jugar a mitad de semana en Brasil (en su histórica clasificación frente al Chapecoense), terminó con más piernas, imponiéndose en lo físico y futbolístico.
De más a menos
Un arranque vertiginoso y prometedor (con tres lanzamientos de esquina a favor, en menos de 2'), hizo pensar en un Everton que impondría rápidamente sus condiciones en Sausalito. El sorpresivo ingreso de Alvaro Ramos en el once titular (Diego Orellana se quedó afuera) le otorgó un mayor peso a la ofensiva viñamarina, asumiendo el riesgo de dejar al redebutante Benjamín Rivera como el casi exclusivo agente de marca en la mitad de la cancha.
En esos primeros 25' de partido, Everton tomó la iniciativa y tuvo el control absoluto del fútbol ante un rival que sólo se limitaba a defender.
Quizás por ello que el uno a cero marcado desde los 12 pasos por Isaac Díaz (tras clara infracción del "Kily" Vilches a Cerato) no sorprendió a nadie.
No obstante, lo que sí sorprendió fue que tras el tanto inaugural de Everton, el elenco local, definitivamente, sacó el pie del acelerador, perdiendo con ello su más que aceptable intensidad inicial. El dominio del juego, entonces, pasó a ser más compartido y la visita -con mucha paciencia y triangulación en medio terreno- logró el empate en una jugada en donde la pasividad en la marca evertoniana (ya que la pelota fue de un lado a otro, sin que ningún jugador viñamarino pudiese pincharla o sacarla) resulto irritante, primero, porque en plena área chica, Camilo Rodríguez marcó a distancia (y dejó centrar) al argentino Isnaldo y luego porque Larrondo y Bou estaban solos... casi debajo del arco, sin que nadie los marcase.
En efecto, aquella fue la primera aproximación clara del visitante y Unión La Calera festejó, en una clara demostración de su peligrosidad en ofensiva.
El cambio clave
Si bien se suponía que tras el descanso, el partido retornaría a sus cánones iniciales (con el local, sometiendo desde lo físico a un rival que se suponía, llegaba desgastado tras jugar a mitad de semana en Chapecó), pero el técnico visitante -que analizó en detalle a los viñamarinos, observando en Sausalito varios de los partidos de Everton en la Copa Fox Sports- ordenó el ingreso de Thomas Rodríguez, dándole la orden de aprovechar las falencias que en velocidad y marca muestran todos los laterales viñamarinos, y en este caso, el "Topo" Berríos. De este modo, el hijo del Leo Rodríguez aprovechó un pase medido y filtrado de Juan Leiva (¿quién da esos pases en Everton...?; por ahora, nadie) para centrar fuerte al primer palo y encontrar a Isnaldo, quien colocó el 2-1 a los 47'.
Tras ello, Everton no supo ni pudo reaccionar. Y es que lejos de convertir al meta Batalla en figura -y salvo por una ocasión clara desperdiciada por Díaz a los 72'- fue la visita la que se vio incluso más cerca de estirar un poco las cifras.
manuel.gomez@estrellavalpo.cl