Dejar de fumar y no morir sin intentarlo
Estamos todos de acuerdo que cada persona tiene amplias libertades para realizar sus actividades y entretenciones personales en nuestro país, pero con el límite que no provoquen molestias y daños en la vida de sus pares…
Lo anterior y en relación a la prohibición de fumar en plazas y parques en la Comuna de Las Condes, es claro que a los fumadores de siempre, aunque duela escucharlo, adictos, no les agrada que cada vez se les vayan terminando los lugares para ejercer su "libertad de hacer humo su dinero", en principio tienen mucha razón, es su dinero, pero cuando el entorno se ve afectado con su vicio, quienes sin querer se transforman en fumadores pasivos, con todos los efectos nocivos para la salud y el ambiente, todo muy mal…
Existen tantas pruebas irrefutables de los irrecuperables daños que causa el tabaco, a todos los fumadores, tarde ó temprano, el tiempo de exposición al tabaco les pasa la cuenta y tal vez ya tarde, con crisis extremas respiratorias recién acuden por ayuda para dejar de fumar ó por medidas extremas como la factibilidad del trasplante de sus pulmones, estas enfermedades terminales y sus duras secuelas, generan enormes gastos para el ya endeble sistema de salud que tiene Chile, los fumadores en vez de molestarse por las reglas que les imponen y que los hace enarbolar la bandera de la libertad con el lema "Yo hago lo que quiero con mi vida y mi dinero", y agregan "De algo hay que morirse" (sic), es verdad que cada uno es dueño de hacer con su vida lo que quiera, pero como ya se dijo, con límites, , más bien deberían tomarlo como una decidida ayuda para que de una vez si se liberen del tabaco, una de las lacras más destructivas, sinónimo de grandes fortunas para las industrias tabacaleras y para los tabaco-dependientes solo graves enfermedades con secuelas extremas , muy lejos, pero muy lejos de la supuesta buena vida que les daría el fumar y rodearse de humo que mostraban las publicidades, sin ir más lejos, el famoso vaquero americano que fumaba en su comercial, aunque usted no lo crea, también murió de cáncer...
Luis Enrique Soler Milla