Con escopeta le fracturan mandíbula a trabajador
Sufrió virulento ataque en Laguna Verde a manos de un microtraficante que sigue en la impunidad.
Rabia e impotencia al no poder llevar el sustento a su familia, siente un esforzado trabajador porteño que sufrió una cobarde agresión que lo dejó con lesiones graves.
Jorge Vásquez tiene 43 años y reside en Laguna Verde. Como obrero de la construcción lleva años ejecutando faenas de ese tipo en construcciones del balneario. Ahora estaba dedicado a una mantención domiciliaria en el sector de Los Domos.
El pasado miércoles, a la hora de almuerzo, recuerda que salió a la calle donde fue increpado por un sujeto al que solo ubicaba de vista, incluso le daba el saludo en ocasiones anteriores que se toparon.
El sujeto, que sería un microtraficante al que apodan "El Colorín", al parecer estaba drogado y lo insultó de forma agresiva. En medio de un intercambio de palabras, el antisocial que portaba una escopeta se abalanzó sobre Jorge, y le dio un fuerte golpe con el cañón en el lado izquierdo del rostro, que lo dejó sangrando.
Dice que no pudo defenderse, ya que el agresor estaba acompañado de otros familiares que poseían armas de fuego.
Malherido se fue hasta su domicilio y alertó del hecho a carabineros del retén. Fue trasladado hasta la Unidad de Emergencia Adulto del hospital Carlos Van Buren, donde los médicos le diagnosticaron una fractura mandibular izquierda de carácter grave.
Tratamiento
Como parte del tratamiento le instalaron fijaciones metálicas e implantes en su boca, las que debe tener por cerca de un mes. Dependiendo de su evolución, lo más probable es que se le practique una intervención quirúrgica.
Por ahora debido a la hinchazón de su rostro sólo puede ingerir alimentos líquidos y debe comprar medicamentos para los dolores, cepillo de dientes y un enjuague bucal especial.
El agresor sigue impune, situación que molesta al afectado, ya que la policía le piden que entregue todos los antecedentes del atacante para buscarlo.
"Tenía cualquier trabajo en la casa en que estaba, la dueña llegó con más material y ahora no puedo hacer nada. Se siente impotencia porque vivo con mi esposa, dos hijos y un nieto de 3 años. Soy el sustento del hogar y ahora quedé de brazos cruzados", dijo con la voz quebrada, con la esperanza que se haga justicia.