Deudos se programaron antes para visitar a sus seres queridos
Prefirieron ir ayer al cementerio para evitar los tacos y la multitud de personas. Vendedores de flores aseguraron que no subirán los precios para el Día de Todos los Santos.
Es domingo y mientras en la entrada del Cementerio N°3 de Playa Ancha se forma una larga fila de vehículos, diversas familias se dirigen hacia el sector de la pérgola para comprar arreglos florales.
Rubén y María Ipinza, dos hermanos que acaban de llegar desde La Reina, en Santiago, comentan que prefirieron visitar a sus seres queridos este fin de semana, ya que el 1 de noviembre prácticamente es imposible encontrar estacionamiento. "De hace un tiempo tomamos la determinación de venir antes, porque ese día es mucha la gente y los tacos son interminables. Así también estamos más tranquilos, porque en este cementerio tenemos a harta familia descansando", dice Rubén Ipinza.
Carlos Alvarado, el vendedor que los atiende cada año en el puesto N°1 de la pérgola, afirma que ha visto a varios santiaguinos adoptando la misma medida. "La gente se programa con anticipación porque los feriados efectivamente vienen muchas personas. Ahora en la mañana han venido varios familiares a comprar flores, así que de antes que ya se está moviendo la cosa", explica con su polera wanderina y un tremendo ramo de rosas, claveles y gladiolos en sus manos.
Eliseo Rojas, del puesto N°19, acota que los deudos "están aprendiendo" a venir antes del Día de Todos los Santos. "Las personas evitan la aglomeración porque saben que ese día acá no se va a poder ni andar. Y esto no sólo lo hacen los que vienen de Santiago, sino que también los porteños. Ahora se han llevado hartas rosas y claveles, que las tengo en promoción. Desde ya me comprometo a mantener los precios", manifiesta.
Ximena Pizarro, del puesto de al lado, asiente y agrega que desde temprano comienzan a preguntar por las flores.
Todos los domingos
Dentro del camposanto, los visitantes entregan variadas razones por las que decidieron venir este domingo. El porteño Jaime País, quien bebe una cerveza recostado en el pasto del parque, explica que para él no hay fechas específicas para visitar a los seres queridos. "Si usted quiere a un familiar, lo viene a ver todos los días, no porque sea 1° de noviembre. Eso es hipocresía. Yo vengo todos los domingos a ver a mi hermano que falleció hace 10 años", afirma tajante, y luego bota un sorbo de cerveza en el sitio en donde está enterrado su pariente. "Yo vengo a compartir con mi hermano una cervecita. Él en un accidente perdió la mano y después cuando se la cosieron, nunca quedó bien y se enfermó grave hasta que murió. Lo echo de menos, era mi único hermano", expresa con pena.
Mónica Redroban comenta que perdió a su padre hace un mes y medio por una enfermedad y que es primera vez que está visitando el cementerio. "Mi papá falleció hace poco y hoy día (ayer) vinimos para arreglarle su espacio, también para adornarlo porque hace poco nos pasaron la placa grabada. Igual vamos a venir el 1° de noviembre", dice, visiblemente afectada.