Los 276 menores del jardín infantil "Providencia", que recibe a niños desde los 3 meses hasta los 4 años, casi se quedan sin desayuno por culpa de unos desalmados que se robaron su comida durante la noche.

Gisella Beiza, directora del establecimiento ubicado en la calle Rodríguez Alfaro, en Valparaíso, contó que se dieron cuenta a eso de las 08.00 de la mañana, cuando las educadoras de párvulos llegaron a abrir el recinto.

"Ingresaron por un patio trasero a la cocina y de ahí a uno de los comedores de las funcionarias. Se llevaron varias cosas, seguramente para reducir en el comercio ambulante. Se robaron aliños para alimentos, yogurt en litro, kilos de leche, alcohol gel, útiles de aseo del personal, una radiotransmisora y una radio de música", detalló. Carmen Gloria Guerra, una de las parvularias que descubrió el robo, comentó que los antisociales no forzaron las puertas.

"Rompieron los mosquiteros y por las ventanas saltaron para llevarse las cosas. No entraron donde tenemos los alimentos no perecibles, porque estaba cerrado con candado", dijo. La directora agregó que los niños pudieron recibir sus alimentos gracias a la donación de apoderados y de los otros comedores que existen en el jardín. Luego dieron cuenta del hecho a la Junji y Carabineros.

Priscilla Barrera Ll.

Hace un par de años, Germán Eduardo Santana Santana pesaba 130 kilos y como chef de cocina, pasaba largas tandas de pie, por lo que era habitual que sintiera cansancio y sus piernas acusaran molestia.

Sin embargo y a pesar de que bajó de peso, a fines del 2016 sufrió una caída en su lugar de trabajo a la que no le prestó mayor importancia. Fue el intenso dolor de su rodilla que se fue agudizando al igual que una notoria inflamación lo que encendió las alertas. El diagnóstico fue categórico: tenía artrosis en la pierna derecha, sin embargo, la enfermedad ha ido progresando y hoy, a sus 48 años, lo tienen condenado al uso de muletas para caminar.

En febrero de 2017 debió dejar de trabajar a causa de su enfermedad. Al comienzo se apoyaba en un sólo bastón, pero en la actualidad debe utilizar dos para desplazarse en pequeñas distancias. Al segundo piso de su casa no puede acceder, tanto así que trasladó su cama a la primera planta.

Pagos

Durante los primeros meses de su enfermedad Germán asegura no haber tenido dificultades en relación con el pago oportuno de sus licencias médicas. Los problemas comenzaron en enero de este año cuando empezaron a tramitarlo y a cuestionarle la extensión de su permiso médico.

La situación se ha vuelto insostenible para este trabajador: a la fecha contabiliza 10 meses sin recibir el pago de su licencia médica y hasta ahora no se vislumbra una solución concreta.

"Desde enero de este año que no me pagan, hasta el día de hoy. He tenido que vender mis cosas, suscribir convenios para el pago del agua y la luz. He apelado, he presentado antecedentes médicos, pero nada, ahora estoy con una depresión porque no veo esperanzas... intenté acabar con mi vida porque me niego a seguir viviendo así", manifiesta con dificultad.

Emprendimiento

Germán sabe que es difícil que por su enfermedad pueda volver a trabajar, por eso a penas comenzó con sus licencias, inició un emprendimiento aprovechando sus conocimientos culinarios. Con una freidora, un horno semi industrial y una conservadora comenzó a vender comida preparada para llevar. Sin embargo, al dejar de recibir el pago por su licencia médica, se vio en la obligación de vender sus implementos."Ya no sé qué más vender, he vendido todo. Yo preferiría estar trabajando si me pagan un tercio de lo que gano, pero no puedo trabajar. Yo espero que me paguen y seguir con mi emprendimiento", planteó el viñamarino.