Nicole Valverde S.
Nadie les borraba las sonrisas a Carlos Hernández y su hijo Agustín, quienes se llevaron las dos joyitas más peleadas de la subasta aduanera que se realizó ayer en dependencias del Almacén de Rezagos de la Aduana Regional de Valparaíso y que contó con el apoyo de los martilleros públicos de la Dirección General del Crédito Prendario.
En total fueron tres vehículos los subastados, y los postores no daban su mano a torcer. El primero en rematarse fue un Toyota Célica del año 1999, subastado en 900 mil pesos. Luego un Trabant modelo P601L de 1982, una joya de colección fabricado en la República Democrática Alemana, un vehículo descontinuado y con muy poca circulación a nivel mundial. Finalmente el Nissan 350Z Fairlady del 2004, que se hizo famoso en la saga fílmica "Rápido y Furioso: Reto Tokio".
Feliz postor
Carlos Hernández viajó con su hijo Agustín desde la capital con el objetivo de adjudicarse los dos últimos vehículos. El Trabant le costó 3 millones 650 mil pesos, mientras que el Nissan, que fue un regalo para el regalón Agustín, le costó 4 millones 900 mil pesos.
"Yo tengo autos de colección y me gustan los exclusivos por eso me interesé en el Trabant. Así que voy a tratar de ponerlo en circulación para poder disfrutarlo y conducirlo", contó Carlos, quien constantemente acude a las subastas para adquirir este tipo de joyitas.
"El Trabant es un auto que ya no lo fabrican, y por la cantidad que lo compré jamás podría haberlo comprado, y menos traerlo de afuera. Así que lo voy a cuidar mucho y tratar de mejorar su motor", agregó Hernández, quien pensó en ofrecer hasta 6 millones de pesos por el alemán.
Rápido y furioso
Por su parte Agustín Hernández, de 13 años, tendrá que esperar algunos años para poder conducir su nuevo auto de "Rápido y Furioso", aún así el entusiasmo del adolescente estaba por las nubes con el regalo de su padre.
"Lo vi por internet y a mí siempre, de chico, me han gustado los autos. A parte cuando vi que era el mismo de 'Rápido y Furioso', que he visto todas las películas me gustó más. Yo siempre acompaño a mi papá a los remates porque siempre va en busca de autos, y en este caso yo quería el Nissan", aseguró Agustín, quien ahora buscará un adulto responsable que le maneje su auto hasta que él pueda sacar su licencia de conducir.
"Voy a mantenerlo limpiecito y bien cuidado para cuando yo pueda manejarlo", concluyó.
Remate aduanero
Pero el remate aduanero además tuvo lotes de drones, telescopios, libros y hasta dos ascensores, pero nadie se interesó en comprarlos, ya que tenían una postura mínima de 7 millones 280 mil pesos.
El jefe de subasta de la Aduana de Valparaíso, Arturo Veneros, explicó que las subastas se efectúan de manera anual tanto en Valparaíso como a lo largo de todo el país. "La razón es recuperar aquellos impuestos que el Fisco ha dejado de percibir por mercancía que ha sido internada a territorio nacional y que no ha sido nacionalizada legalmente". "En definitiva, generamos recursos para el Fisco y le damos continuidad al comercio internacional", destacó Veneros. Cabe destacar que la penúltima subasta del año, contó con 237 lotes de los cuales 161 fueron adjudicados, y se recaudaron 119 millones 737 mil pesos.