Sujeto ahorcó a su amigo y lo cubrió con sacos de cemento
El hecho quedó al descubierto el sábado en Quilpué. La víctima, aburrida de los robos, se estaba construyendo una nueva casa para poder dejar definitivamente el barrio. Brigada de Homicidios dio con el autor en menos de 24 horas.
Fue a eso de las 22.00 horas del viernes cuando Ernesto Jara Cea, de 67 años, fue visto por última vez. Fue uno de sus vecinos y amigo quien lo visitó como habitualmente lo hacía para conversar o jugar una partida de brisca.
Esa noche, cuando dejaron de verse, cada uno se fue a acostar, al otro día el vecino salió a trabajar y no notó nada extraño, pero al volver en la tarde se encontró con la triste noticia: a su amigo lo habían asesinado al interior de su domicilio ubicado en calle Tocopilla 1707, en la población Pompeya Norte de Quilpué.
"Cuando pasé de vuelta estaba la puerta abierta, le grité 'buena viejo oso' y en eso viene un vecino de abajo que venía a hablar con él, entró y lo encontró muerto en el suelo, para mí fue una tremenda impresión cuando lo vi ahí", relató.
Sacos de cemento
La escena era sacada de una serie policial, se encontraba ahorcado y sobre su cuerpo y cabeza había 5 sacos de cemento de 25 kilos cada uno.
"Muchas veces le habían entrado a robar, mira como está la casa por afuera, llena de hoyos y los vidrios quebrados y eso es por robos. Donde lo veían solo, veían la hora que salía, que llegaba y le destruían la casa, él era pensionado y siempre tenía su platita, estos son cabros que andan en la pasta, nada más", dijo el vecino.
Don Ernesto ya estaba aburrido de tener que dejar siempre sus cosas de valor escondidas y de sufrir habituales robos, por eso que se comenzó a construir otra casa, que, si bien era cerca, estaba distante a unas cuadras de donde vivía.
Por eso que al interior del domicilio guardaba religiosamente sus sacos de cemento con los que construía la nueva vivienda para tener su nueva vida.
Tras el hallazgo, el vecino se quedó hasta las 2 de la madrugada vigilando, tenía la impresión de que volvería alguien a buscar más objetos de valor, pero nada de eso ocurrió.
En el living
El cuerpo estaba ensangrentado en el living. El ataque se produjo de madrugada mientras dormía y en su dormitorio quedaron los vestigios del paso del homicida.
Sus hermanos Luis y Elba Jara Cea trataban de ordenar el desastre que quedó. En el living una enorme mancha de sangre no quería salir ni con virutilla, en tanto que en el dormitorio aún estaban en el suelo las plumas de la almohada que quedó destrozada.
"Trajinaron todo, estaba todo en el suelo, toda la ropa. Rompieron las almohadas porque mi hermano escondía su platita bajo el colchón o entre sus cosas y buscando plata rompieron las almohadas. Ya levantamos toda la ropa, pero nos queda todavía, ahora no sabemos si tenía plata ni cuánto tenía", señalaron.
Ernesto Jara Cea era un hombre solitario. Sus hermanos vivían en Santiago, no tenía esposa ni hijos, sólo algunos amigos que lo visitaban y era considerado como un buen vecino.
"Era tranquilo, no molestaba a nadie, se las arreglaba solito y ni a su familia molestaba, era un buen caballero, de repente se enojaba, como todos, pero no le hacía daño a nadie, yo conversaba casi con él no más, era como mi partner", dijo el vecino.
Dan con el homicida
Por disposición de la fiscalía de Quilpué, la investigación quedó en manos de la Brigada de Homicidios de la PDI quienes realizaron las pericias en el sitio del suceso.
Tras la investigación y los empadronamientos, el personal policial dio en menos de 24 horas con el homicida de la víctima. Se trataba de un amigo que ingresó a cometer el robo en horas de la noche mientras Ernesto Jara Cea dormía.
El sujeto fue identificado como J.P.M.C., de alrededor de 40 años de edad quien mantenía antecedentes por diversos delitos de robo. El detenido, que será formalizado por el delito de robo con homicidio, fue sorprendido por la víctima al interior del domicilio, se produjo un forcejeo y tras estrangularlo le lanzó los sacos de cemento para inmovilizarlo mientras registraba el domicilio.