Wanderersvence a sus fantasmas
Sabiendo que de no ganar se quedaría fuera de la zona de liguilla, y estando dos veces abajo en el marcador, el Decano doblegó sus miedos y ganó valiosos tres puntos.
Con un recién mojado césped sintético y con más de 2.000 wanderinos que convirtieron el estadio Bicentenario de La Florida en un recinto de local para los caturros, es que el Decano del fútbol chileno visitó ayer a Barnechea con la misión de sumar de a tres puntos y volver a meterse en los puestos de liguilla, ya que los resultados del día sábado lo habían dejado fuera de la postemporada. Con un dominio total, pero sufriendo en demasía por sus propios errores defensivos y ofensivos, el elenco verde se quedó con la victoria ante los capitalinos por un escueto 3-2, que poco y nada se condice con lo que sucedió en la cancha.
La hinchada caturra, que esta vez se dedicó a apoyar al equipo y no a luchar entre ellos, tal y como siempre debería ser, fue testigo de cómo Miguel Ramírez repitió su esquema típico sin un titular habitual: Reiner Castro. El venezolano, según posteriormente confirmó el propio "Cheíto", fue reservado debido a molestias que arrastraba hace tiempo, para además aprovechar de darle minutos al juvenil Matías Marín, quien pese a sus prometedoras condiciones, tuvo una opaca tarde.
Recién en once minutos de partido, y luego de un golpe de cabeza de Claudio Meneses que Mauricio Viana sacó magistralmente casi desde la línea, el defensor Francisco Tapia cogió el rebote y bajo una displicente marca abrió el marcador en el sintético de La Florida. Ello, provocó la que fue la primera gran muestra de temple por parte de los caturros, ya que apenas 120 segundos después del tanto "huaicochero", Luis Valenzuela sirvió un córner hasta el límite del área grande, lugar en el que Marco Medel ya tenia cargada su pierna izquierda para desenvainar un misil que se incrustó en el pórtico local y así establecer el empate.
El tanto de Medel, sin embargo, no fue suficiente para que el cuadro porteño despertara, y nuevamente fue víctima de sus propios errores. Marín perdió un balón en la zona ofensiva y la zaga auriazul rápidamente le sirvió la esférica a Cristián Muñoz. "La Nona", demostró que a sus 35 años no pierde calidad, ya que superó la feble resistencia de Kevin Valenzuela y habilitó de gran forma a Miguel Ángel Orellana, quien recibió un claro foul por parte de Mario López en el área y el juez del encuentro no dudó en cobrar penal. El propio Orellana, desde los doce pasos, fue certero y puso nuevamente en ventaja a los locales.
Defendiendo en su propia zona, Barnechea le cerró los espacios a un Wanderers que intentó llegar al empate a través de centros, fórmula que no le dio resultado, y de la que finalmente se terminó abusando hasta el fin de la primera mitad.
Cambio de plan
Con el ingreso de Reiner Castro, el cuadro de Miguel Ramírez cambió inmediatamente de cara. Esta vez, en lugar de tirar centros al corazón del área, los porteños aprovecharon los espacios ganados en las bandas para encarar y llegar con más certeza a la portería. Prueba de ello, fue que recién a los dos minutos de complemento, Castro aprovechó su velocidad y habilidad para ganar en bloque izquierdo del ataque verde, amagar, y ver a un destapado Rafael Viotti que con una palomita, anotó no solo su segundo tanto consecutivo, sino que también el gol que volvía a poner a los verdes en carrera por el triunfo.
Con el tablero igualado, comenzaron los fantasmas del finiquito. Medel, en la más clara de todas, falló increíblemente frente al arco al disparar incómodo, darle al travesaño, y en el propio rebote, desde el piso y con la cabeza, mandar la pelota afuera. Todo se hizo más fácil, sin embargo, cuando en una errada decisión, Omar Oporto, árbitro del partido, dejó a Barnechea con 10 hombres luego de expulsar a Orellana por un supuesto codazo a López.
Inesperado héroe
El reloj marcaba los 64', Wanderers dominaba pero no alcanzaba la victoria. Un centro era desviado desde el área "huaichochera" y con el 8 en la espalda, aparecía corriendo Bernardo Cerezo, el mismo que muchas veces, y con justicia, ha sido criticado por sus fuertes ripios, pero que en el último partido de Wanderers había salido de la cancha ovacionado por el estadio Elías Figueroa por su innegable entrega y espíritu de lucha.
Casi como un premio al esfuerzo, el formado en Universidad de Chile e improvisado como lateral izquierdo durante toda la era de Miguel Ramírez, conectó con potencia el balón que vagaba por su zona, clavándolo en el fondo de las mallas y desatando la algarabía de una hinchada wanderina que veía cómo el equipo volvía a ponerse en zona de liguilla.
Con algo de descontrol, pero de todas formas dominando las acciones de juego, los verdes volvieron a perderse un par de goles cantados antes de que se decretara el final del partido y alcanzaran su octavo partido consecutivo sin saber de derrotas.