Guillermo Ávila N.
Es un día soleado, variando a parcial, como esos que están haciendo últimamente en la denominada "zona de sacrificio": con vaguada costera y alta humedad... factores que favorecerían las anunciadas malas condiciones de ventilación.
El reloj marca las 08:00 de la mañana. Poco y nada queda de la toma que horas antes, en la madrugada del lunes, un grupo de 20 estudiantes protagonizaran por breves minutos en la Municipalidad de Quintero y que ocasionó rotura de vidrios y rayados en reclamo por la vuelta a las aulas. Todo en medio de un ambiente de intoxicaciones masivas y mientras se espera la aprobación, por parte de Contraloría, del decreto supremo que declararía alerta sanitaria para las comunas de Quintero y Puchuncaví.
Es lunes y el movimiento de alumnos, apoderados y prensa se incrementa a las 08:15 precisamente en el reinicio de clases tras el levantamiento de la alerta amarilla por parte del Comité Operativo de Emergencia (COE) la semana pasada y el 'Día D' de ayer donde 5 empresas del cordón industrial se comprometieron -de manera voluntaria- con el Ministerio de Medio Ambiente a reducir sus operaciones.
Estudiantes
"La matrícula total en la zona es de 9 mil 800 estudiantes". En total, 48 de los 50 establecimientos educacionales de Quintero y Puchuncaví al retorno. El dato lo recoge la seremi de Educación de la Región de Valparaíso, Patricia Colarte, quien cifró en 70% el retorno de estudiantes a las actividades académicas y valoró el plan integral de seguridad escolar, "un protocolo de acción frente a emergencias". También las medidas de la limpieza integral en los establecimientos educacionales y la adquisición de purificadores de aire. Eso sí, "el stock completo no está, sino que hay uno parcial", reconoce la seremi de Educación en las afueras del Liceo Politécnico de Quintero, uno de los establecimientos que estuvieron en toma por dos semanas y que hasta ayer -en la mañana- en la zona sólo tenía al colegio de educación básica Francia de Quintero en toma y al Colegio Sargento Aldea de Puchuncaví en limpieza hasta mañana.
De las paredes del Politécnico ya no cuelgan lienzos negros, sillas colgadas a los muros y pancartas furiosas a la causa ambiental. Sí una bandera negra y un cartón extendido con la leyenda 'promesas más soluciones' custodiado por dos alumnos a ambos extremos. Martín Sepúlveda cursa 4° medio. Dice ser el vocero del liceo, ya sin mascarilla al rostro: "Bajamos la toma ayer porque se bajó la alerta amarilla. Pero no están dadas las condiciones para esta vuelta a clases. Lo único que se hizo aquí en los colegios fue una limpieza. Estamos súper preocupados por la contaminación general".
Misma preocupación que revelan al paso Alexis y su apoderado Marcos. "No quiero ir a buscar a mi hijo al hospital otra vez. Él sufrió intoxicación de estómago con el segundo episodio", a la vez que Alexis se toma el estómago. "Llevamos un año viviendo en Quintero. Somos de Santiago, pero con todo esto pensamos en devolvernos", sentencia el padre.
Para Cristián Vergara, director del Liceo Politécnico de Quintero, hay una sensación de nerviosismo que cataloga de legítima por parte de la comunidad estudiantil. "Confiamos en la información reportada por las autoridades. Aunque se extienda el año académico no hay mucho plazo para terminar la cobertura curricular".
Muchos concuerdan: aquí la gente convive en un ambiente maltratado por el tiempo desde hace 50 años cuando, de manera coincidente como avalan pobladores de la zona, se comenzó a levantar el hoy cordón industrial.
Intoxicados
Mediodía y el sol da paso a una fría neblina. La unidad de urgencia del Hospital Adriana Cousiño de Quintero evoca, en parte, a los eventos de la nube tóxica de los días 21 y 23 de agosto y el 4 de septiembre. Padres inquietos. Hijos afectados: hasta las 16:30 horas de ayer, 27 fueron las consultas de personas con síntomas compatibles con intoxicación como cefaleas, náuseas y mareos, según la Seremi de Salud. 26 fueron dadas de alta y una se mantiene en observación por patologías de base. Trece fueron consultas nuevas y 14 pacientes que ya habían sido atendidos.
Como Amanda, que va en el octavo básico del Colegio Inglés y que acusa no pudo mantenerse en pie en clases. De allí a mareos y náuseas. Su madre Doris Gatica con diagnóstico médico en mano lee: "Por efectos tóxicos de otros gases, humo y vapores".
Situación a calco vive Grey Escobar, del 2° básico del también Colegio Inglés de Quintero. El diagnóstico, replica su padre José Escobar: gases tóxicos y efectos de gases. "Nos llamaron a las diez de la mañana: había que retirarla de clases". Y agregó: "El doctor le puso que tenía que estar en casa, con la pieza bien ventilada, tomar harto líquido y le dieron pastillas. Es lamentable que las empresas estén jugando con nosotros, con la salud de nuestros hijos".
Verónica Muñoz trae de vuelta de la sala de urgencias a su hija Karina Nuñez, quien cursa el 7° año en el Liceo Politécnico. Parte médico: "efecto tóxico de otros gases, humos y vapores". La madre relata un hecho que ya ha sufrido Karina en otro episodio tóxico: "A las 09:30 se comenzó a sentir mal en el colegio. Se sentía mal. En el hospital le hicieron una prueba sicomotora". El diagnóstico de la madre: "Ahora que levantaron la alerta amarilla -una aspirina para la gente- pensé que el aire estaba mejor. Si hubiera seguido mi intuición, de verdad yo no la habría mandado al colegio", dijo Muñoz.