"Hacer un personaje que todo el mundo quiere no es fácil"
La actriz y directora relató cómo la obra, que volvió al Teatro Nescafé de Santiago, se ha mantenido por décadas.
Pamela De Vicenzi
"La Negra Ester" volvió a la cartelera para celebrar sus 30 años de trayectoria. La emblemática obra de Andrés Pérez Araya y el Gran Circo Teatro se presentó entre el 13 y 16 de septiembre en el Teatro Nescafé de las Artes de Santiago.
Rosa Ramírez, quien interpretó el rol protagónico por más de dos décadas, es la responsable artística del montaje. La actriz y directora dijo que "La Negra Ester" es parte del ADN del país.
"Internamente creo que es un montaje súper exigente", contó.
"Uno siempre está con esos nervios, porque es una obra que la gente quiere mucho, incluso quienes no la han visto. Entonces, hay una responsabilidad bien importante y una sensación de felicidad enorme. Hacer un personaje que todo el mundo quiere no es fácil. Es un personaje que la gente guarda con mucho cariño", reflexionó.
"Eso lo empezamos a percibir en el primer montaje que hicimos", relató Ramírez, a propósito de la primera función que se realizó en 1988 en Puente Alto.
"Eso se ha mantenido hasta el día de hoy. Miro para atrás y veo el cariño que la gente me demostraba", recalcó.
Micaela Sandoval, hija de Rosa Ramírez, sigue ostentando el rol protagónico. Su madre está a cargo de lo que llama la"librería".
"Estoy vendiendo postales, chapitas y es re lindo porque uno tiene la posibilidad de escuchar los comentarios de la gente. No todo el mundo sabe que uno está ahí, hay gente que de frentón no me conoce. Son comentarios sinceros, de algo que acaba de deslumbrarles. Eso no se ha perdido nunca. Si fuera una obra que no le interesa a nadie, hace rato que la habríamos guardado", aseguró.
Dificultades
El Gran Circo Teatro se trasladó hace 10 años al barrio República de la capital, luego de décadas en Vicuña Mackenna. Sobre su presente en el lugar, que no ha estado exento de dificultades, Ramírez relató que habitar en una zona típica ha sido algo que aprendió "a porrazos". Por diferencias con la Dirección de Obras Municipales y por las constantes multas, la carpa podría ser clausurada y Ramírez evalúa bajarla.
"Yo soy trabajadora del teatro. Estamos en una casa que la cuidamos y queremos mucho y vamos a seguir acá, porque nos facilita muchas actividades. Acá tenemos toda la actividad cultural", recalcó.