La increíble historia del afiche que mejor representa a Valparaíso
El año 1971, el arquitecto y diseñador Allan Browne hizo por encargo el famoso cartel que concentra una quebrada, el mar, las casas porteñas y los ascensores. Joven artista encontró un original tirado en calle de Temuco.
Aprincipios de los '70, el alcalde porteño de ese entonces, Sergio Vuskovic, le dijo a un joven Allan Browne: "Valparaíso es una ciudad especial en Chile, no está fundada por los códigos españoles, sino que tiene un fundamento por los poetas, por los artistas, por los escritores, diseñadores y músicos. Ahí nace realmente Valparaíso".
Aquella reflexión iluminó la mente del arquitecto y diseñador quien, instalado en su casa taller de Recreo, en Viña del Mar, recuerda más detalles de aquella fructífera conversación. "Sergio, un hombre muy culto e inteligente, citó una frase de Neruda, su amigo y asesor: 'Valparaíso es un rincón de la patria de los sueños'".
Esa fue una reunión clave. Clave para la vida de Allan Browne y también para la ciudad, que hasta el día de hoy disfruta del afiche "Valparaíso", ese que llenó paredes de casas y locales comerciales el año '71; luego, el '93, para conmemorar la instalación del Congreso en la ciudad; y que el 2017 tuvo una tercera edición.
Su autor y la Editorial de la Universidad de Valparaíso actualmente preparan un cuarto tiraje, el que ahora contará además con un libro donde se contarán las historias y anécdotas detrás del icónico poster.
La génesis
Gonzalo Catalán, diseñador de la Universidad de Valparaíso, cuenta que todo partió en 1970. En esa época nacía Ediciones Universitarias, que en un principio estuvo pensada para todas las universidades de la época y que dirigía en la Universidad Católica de Valparaíso, Óscar Luis Molina. "Él le dijo a Allan Browne que había una serie de iniciativas para promover la ciudad y se le ocurrió que podían hacer un afiche", señala.
Browne recuerda que la idea era que la obra condensara el pasado, el presente y las proyecciones futuras de la ciudad. El rector de la UCV se entusiasmó mucho con la propuesta y fueron a hablar con el alcalde, quien comprometió una compra importante de afiches.
Catalán detalla que el diseñador y arquitecto comenzó entonces a realizar un collage encima de un bastidor. Ese original está hoy en el taller de Browne, quien lo guarda como un gran tesoro. "Si uno lo mira (el afiche) -comenta el autor- es como un mundo de cuentos, de leyendas, mitológico; no es algo que pretenda mostrar una ciudad real, eficiente. Es el Valparaíso posterior al que sucumbe con el terremoto de 1906 y la apertura del Canal de Panamá, que lo liquida".
Según Browne, en ese momento Valparaíso se queda sin nada. "Y ahí aparece esta fuerza que dice Neruda, la fuerza de los intelectuales, los poetas, los artistas, los artesanos. En todos lados hay personas haciendo cosas sin aspavientos. Yo lo llamo la colmena. La colmena salva a Valparaíso, a 'La joya del Pacífico' que cantaba Lucho Barrios".
Forma y color
El afiche representa una quebrada de Valparaíso. Al lado izquierdo están las casas típicas de la autoconstrucción de los porteños y al derecho, mirándose de una loma a otra, están las casas de los migrantes. Al centro está el mar, que representa el mapa de Sudamérica.
"El elemento geográfico esencial de Valparaíso es la quebrada, el cerro que lo partió el tajo de algún dios griego; se arman las dos laderas que se están mirando. Ahí comienza un principio urbanista de Valparaíso muy importante que es el 'urbanismo espejista', de que siempre nos estamos mirando unos con otros, eso es lo bonito de Valparaíso".
También hay peces, un barco a vapor, la estación de un ascensor. Además pegó fotografías de importantes escritores y artistas, número que ha crecido en cada reedición. Están Neruda, Lukas, Gonzalo Rojas, Sara Vial, Salvador Reyes, Ennio Moltedo, Rubén Darío. "Falta el Piloto Pardo, que lo vamos a poner ahora. Por ser tan chovinista con los artistas y los escritores, se nos había olvidado un símbolo de marino heroico y modesto, porque era sargento y no almirante. Hizo una proeza gigante y deberían hacerle un monumento del porte de un buque. Salvó el barco que lideraba el inglés Ernest Shackleton y que quedó varado en la Antártica", dice.
El hallazgo
El año 2009, el artista quilpueíno Ricardo Langer iba caminando por una calle del barrio patrimonial de Temuco -donde estudiaba por ese entonces- y de pronto se encontró con una montonera de deshechos que alguien había dejado fuera de una casa. Como buen recolector que es, comenzó a escudriñar y de pronto se encontró con el famoso afiche "Valparaíso". De inmediato supo que era algo valioso.
Cuando se vino de vuelta a la Ciudad del Sol lo trajo con él y hace unas semanas lo llevó a la Editorial de la Universidad de Valparaíso para confirmar que se trataba de un original del tiraje de 1971. "Quedaron sorprendidos cuando lo vieron. Hay hartas copias de la reedición de 1993 y ahora del 2017, pero hay un vacío de esa época y es una joya del diseño gráfico de la ciudad", destaca Langer.
El diseñador de la UV, Gonzalo Catalán, corroboró la información y da fe que se trata de un original y que tiene hasta el número de serie, 44.485.
Dicho hallazgo sin duda da cuenta de la importancia de la creación de Allan Browne, que cruzó las fronteras de Valparaíso y quizás en cuántas ciudades del mundo hay uno igual. En el libro "La historia del diseño gráfico en Chile", de Pedro Caselli, destacan el trabajo de Browne. "Lo ponen como un afiche símbolo de la época", comenta Gonzalo Catalán.
Pero, ¿qué tiene el afiche que a tanta gente le gusta? Browne responde con honestidad: "El burro toca la flauta por casualidad... nunca pensé que iba a pasar eso cuando lo diseñé. Lo hice hace 47 años, estaba recién casado, lo comencé prácticamente en mi luna de miel. Fue una cosa muy romántica y tengo lindos recuerdos de eso. Mi señora se extrañaba de que estuviera haciendo esta cuestión tan rara".
El diseñador se detiene en su relato y reflexiona. "Fue una intuición no más. La conversación con Vuskovic, con Molina, que son dos gallos inteligentes; y la inspiración de Neruda. Además mi vivencia de Valparaíso. Aunque no vivo ahí ahora soy porteñista, mi corazón está ahí. Nací en Viña, pero viví en la avenida Brasil, en el cerro Cárcel y en los departamentos del Hotel Prat, tengo harto recorrido".
Sin duda esta obra que nació tímidamente se convirtió en una embajadora de la ciudad y según Browne es precisamente la cultura y el turismo cultural lo que hoy se debe fomentar para que Valparaíso crezca económicamente.
"Es muy especial que haya durado tanto, como que se tocaron los temas esenciales que son perdurables. Valparaíso estuvo lleno de estos afiches en un momento. Yo llegaba a llorar cuando caminaba por Condell, lleno de afiches, como banderas", advierte Allan Browne, quien luego reconoce: "Por lo que dicen los hechos, es mi mejor obra".