El Buen Samaritano ya va por los 12 años entregando calor a los más necesitados
Las personas sin hogar encuentran ahí comida y techo. Se mantienen sólo con donaciones.
Es tarde de invierno y las teteras de la hospedería El Buen Samaritano comienzan a silbar llenas de hervor. De apoco el recinto comienza a recibir a sus huéspedes. En su mayoría son personas de la tercera edad u hombres con rostro agotado producto de alguna enfermedad.
Un par de mujeres comienza a atenderlos para que se sientan como en su casa. El televisor se enciende, la mesa está servida y el milagroso calor del hogar se hace presente. Así suelen pasar los días en esta hospedería que ha logrado mantenerse por más de 10 años gracias a la colaboración y el compromiso de algunas personas.
Mónica Tapia, es la encargada del recinto, y sabe muy bien lo difícil que ha sido mantenerse en el tiempo, prácticamente a puro tesón y solidaridad: "Esta hospedería surgió el año 2006 gracias a la iniciativa de Cecilia Cabezas, quien ya falleció. Ella, junto a la parroquia San Felipe Neri y al padre Roberto Pinto, crearon este espacio que la municipalidad nos entregó en comodato, y 2 de julio cumplimos 12 años".
Respecto al presente del recinto, la dirigenta señaló que "hoy este espacio lo administramos Fanny Rebolledo, Mariana Pérez y yo. Entre nosotras nos repartimos las tareas. Esta hospedería vive gracias a la colaboración, porque no estamos subvencionados por nadie. La municipalidad nos aporta con las cuentas de luz y agua. Todo lo demás lo recibimos de algunos colegios de Villa Alemana, como el Champagnat y el San Antonio; del Rotary Club, de la organización Acude y de otras personas que colaboran con nosotros. Puedo decir que acá hay mucha solidaridad".
El espacio permite que personas en situación de calle o riesgo social, puedan llegar a pernoctar en una cama limpia y caliente. Dándoles cobijo, sobre todo, durante las frías noches de invierno. Sobre las particularidades que ofrece la hospedería, Mónica Tapia detalló que "este recinto cuenta con 17 camas, pero cuando llueve habilitamos más espacios para que quepan unas 25 personas. No importa que sea en sillones, la idea es que nadie pase una noche así sin techo. En la mañana ellos se van desayunados".
Los sillones de la sala de estar están casi llenos y el televisor roba fácilmente la atención de los huéspedes. Pero las miradas revelan cierta tranquilidad, esa de saber que hoy no se pasará frío ni hambre: "Quienes llegan a la hospedería son personas que no tienen donde vivir. Algunos tienen problemas como el alcohol o las drogas, pero dentro todo eso está prohibido. A veces hemos recibido a más gente de la que podemos, eso es muy difícil. Ellos llegan a las 17 horas y se les da una taza de té con un sándwich, después a las 19 es el turno de la cena. Instalamos paneles solares, que nos regaló el Rotary, para que se puedan duchar con agua caliente. Luego en la mañana se les da desayuno y la hospedería se cierra, porque todas las que trabajamos aquí somos voluntarias", recalcó Mónica Tapia.
Para quienes quieran aportar con la entrega de ropa o alimentos, la dirección es Tercera 0517, entre las calles Lima y La Paz, en el sector norte de Villa Alemana.