Hernán Castro: la nueva vida del 'indio' que vistió de verde
El ex puntero caturro pasó de ser una estrella a vivir bajo un árbol. Hoy superó sus adicciones y en agosto promete volver a Valparaíso.
Hay que tener valía para pasar del cielo a la tierra y aún así volver a levantarse. Así es la historia de Hernán Castro, más conocido como el 'Indio', que en la época de os 80, quebraba cinturas y convertía goles con la camiseta de Santiago Wanderers, para años más tarde emigrar a México y ganar el dinero suficiente para poder cumplir el sueño de la casa propia.
El destino, sin embargo, le tenía preparado el más difícil de los destinos al ex delantero. Producto de una separación, el otrora jugador caturro estuvo perdió todo, estuvo viviendo bajo un árbol y sufrió de adicción a las drogas. Hoy, no obstante, lleva seis meses limpio y bajo techo, avisando que en agosto, mes de aniversario de Wanderers, volverá a Valparaíso.
-¿Qué ha sido de su vida en estos años?
"Yo pasé por una etapa muy difícil, que es mucho más que tocar fondo, yo lo llegué el subterráneo. Pasé de haber sido una gran figura, a separarme, y de ahí vino una gran debacle. Fue fuerte, no caí en la depresión pero sí fue muy fuerte. Me quedé sin nada, ahora tengo mi departamento, estoy en rehabilitación de mi alcoholismo, de la drogadicción. Pasé por una etapa súper mala durante un año. El ex alcalde de Cerro Navia, Luis Plaza, fue quien me rescató y me ayudó".
-¿Qué fue lo más terrible de estar en situación de calle?
"Llegué a dormir debajo de un árbol cuatro meses, me río ahora, pero estaba junto a todos estos niños que están en situación de calle que a mí me conocen de cuando era figura. Estos niños cayeron en la drogadicción, yo en las tardes les iba a dejar comida y después fui a dar allá con ellos... como es la vida. Ahora llevo seis meses increíbles, no consumo nada, me siento bien".
-¿Cómo llegó a perder el dinero que había generado gracias a sus goles?
"Siempre fui desordenado, esa fue la gran falla mía. Tuve cualquier luca y no la supe administrar. No había empresarios en ese tiempo, esos manager que tienen los jugadores ahora, donde te vas de vacaciones y ellos te están buscando pega en algún club. No tenía eso, entonces yo me veía con lucas y joven... tuve minas, autos, 'hueveo', buenos perfumes, buena ropa. No pensé en el futuro, me fui a México, me traje buenas lucas y de la noche a la mañana me separé. Todo fue hace años, pero igual me buscas en internet y salen videos míos haciendo goles".
-¿Cómo se dio su arribo al fútbol azteca?
"Yo jugué en Unión La Calera con el "Fantasma" Figueroa, entonces a Marco Antonio lo llamé para México, él estaba en el América, y le pedí por favor que me ayudara porque me había quedado sin equipo acá. Le pedi una mano, que me buscara un equipo aunque fuese de segunda. Él se comprometió, pasó un mes, yo pensé que se había olvidado, y me llevó al Morelia. Estuve dos años allá, con eso me traje un dinero con el que compré la casa en la que hora viven mis hijos".
-¿Recuerda con cariño a Santiago Wanderers?
"El ese a ene no se olvida. Yo vivía en Agua Santa con calle Álvarez, y Mario Galindo, el 'maestro' que jugó conmigo en Wanderers, vivía al frente así que me venía con él en el auto. Teníamos un equipazo en esa época, había muchas individualidades, muchos jugadores hábiles como Carlos Rivas, Mario Galindo, Mario Salinas... a mí me llegaba una pelota de pingpong adelante, los cabros la tocaban muy lindo. Tengo buenos recuerdos y tengo cualquier amigo en los cerros".
-Entiendo que Wanderers se comunicó con usted para ser parte de un gran evento de aniversario...
"Sí, es una fecha especial para mí, porque yo nací el 15 de agosto del 61. Ya estoy invitado, lo que sí todavía pueden pasar muchas cosas en el camino, ojalá sean para bien. Yo tengo artrósis, a mí me van a operar entonces no sé si infiltrarme. Sale tres millones y yo en estos momentos no los tengo, hay unas lucas por ahí, pero hay que recurrir al Sifup porque en el tiempo de nosotros no nos daban nada".
-¿Qué opina del presente caturro?
"En Wanderers pasa lo mismo que en el Audax Italiano, donde también jugué. Cuando pasan la mitad de la tabla, se asustan. Cuando Wanderers está cerca de la punta como que le viene un bajón y anda caminando en la cancha, no le meten lo que le metíamos antes nosotros. 'Costaba caleta' que nos ganaran".