En mi calidad de presidenta de la Sociedad Protectora de Animales "Carlos Puelma Besa", institución de beneficencia animal sin fines de lucro, es que vengo respetuosamente a solicitarle reparación pública por el artículo oprobioso contra la Protectora, aparecido el miércoles 20 recién pasado en La Estrella, que denunciaba el gravísimo maltrato de que eran víctimas los perros asilados en la Protectora: hacinamiento (aproximadamente 600 canes), canibalismo provocado por la falta de comida con resultado de 20 muertes diarias y otras atrocidades. Negué enfáticamente tales acusaciones e invité reiteradamente al periodista a visitar el refugio para que pudiera tener una visión objetiva de la realidad de la Protectora, aparte de que le informé dónde compramos el alimento y cuyo costo es de $3.500.000 mensuales, y que jamás, ni un solo día los animales han dejado de comer.
Le informé al señor periodista también que no hay hacinamiento porque el canil fue construido en un predio de mi propiedad de 8.773 m2 por la Subdere en el año 2007, con una capacidad de 700 canes, cantidad a la que nunca se ha llegado. En este momento son alrededor de 480 y nunca han estado enjaulados, sino que en patios con capacidad de un máximo de 20 cada uno donde pueden caminar y hasta correr.
No negamos que ocasionalmente se produzcan peleas, pero si éstas dejaran un saldo de 20 muertos diarios, el refugio se acabaría antes de un mes, entonces ¿cómo habría 600 perros? ¿De qué sobrepoblación habla este denunciante anónimo? ¿Quién es esta persona que no se atreve a dar la cara?
Desde que estoy a cargo de la Protectora (año 2003) la institución es "no eutanásica". Esto quiere decir que no matamos ningún animal, perro o gato, asilado, el que tiene un destino ideal, la adopción, y si ésta no se da permanecerá en el refugio hasta su muerte natural. Por caro que sea un tratamiento (amputaciones, extracción de tumores, cesáreas, etc.) lo hacemos. El departamento del Medio Ambiente de la I.M. de Valparaíso puede testimoniar cómo la Protectora, bajo mi dirección, ha colaborado activa y constantemente a la solución de los perros y gatos abandonados, malheridos, atropellados, en suma, en situación crítica.
He dedicado intelectual, emocional y económicamente 14 años de mi vida a la supervivencia de una institución que estuvo a punto de desaparecer el año 2003, luego el 2007. Nadie nos prestó ayuda y si no hubiese sido por mí y otra socia, gran amiga mía, abogada, Estratia Gambrulis Carayanis, quien nos acompañó en la compra del terreno de 8.773 m2 con el 50% del valor, hoy la Protectora no existiría. Hasta hace tres años yo y E. Gambrulis aportábamos no menos del 70% del gasto mensual, que en estos momentos alcanza a 6 millones y medio. Como usted comprenderá, la tremenda necesidad de tener más socios es urgentísima.
Marina González,
presidenta Soc. Protectora de Animales.