Este sábado 9 de junio, a las 19.30 horas, regresa la Orquesta Sinfónica de Chile al Teatro Aula Magna de la Universidad Técnica Federico Santa María, en Valparaíso, presentando la Sinfonía N° 3 de Gustav Mahler, obra de extremo virtuosismo y complejidad, que invita al público a vivir una experiencia musical suprema.
Para la ejecución de esta obra subirán al escenario cien músicos de la orquesta, el Coro Femenino de la Universidad de Chile, el Coro de niños del Colegio Almendral y la mezzo-soprano franco-canadiense Nora Sourouzian, todos ellos bajo la conducción del maestro ucraniano Leonid Grin.
Al igual que otras obras compuestas por Mahler, la Sinfonía N°3 se encuentra entre las creaciones musicales más colosales del repertorio universal, requiriendo para su ejecución una gran masa orquestal y un amplio coro.
Al respecto, el maestro Grin, director titular de la sinfónica, comenta: "Durante el tiempo de Mahler las orquestas casi duplicaron su tamaño. Necesitaba expresar mucho, como si se tratara de una pintura expresionista (…) hay tantos canales, en la orquesta, si puedo compararlo con un audio, tantas líneas diferentes, sincrónicas, pero que expresan ángulos totalmente diferentes. Esto hace que su música sea mucho más poderosa, mucho más dramática. Toda la música de Mahler es increíblemente dramática, fuerte, y este es el legado de Mahler para el mundo".
Magistral
La obra, estrenada en 1902, representa muy bien la genialidad y originalidad que caracteriza a este compositor austriaco. Grin, quien ha llegado a impregnarse del espíritu de Mahler como pocos, gracias a su trabajo con el legendario director estadounidense Leonard Bernstein, señala: "Creo que esta es una pieza realmente central entre todas las sinfonías de Mahler; es como bíblica. Es como el día a día de la Creación (…) así que toda la experiencia humana, toda la experiencia física se convierte en este universo. Se toma movimiento por movimiento como en un ciclo bíblico, y es presentado en un ciclo sinfónico aquí. Esto no tiene precedentes, ya que no hay otra sinfonía así en toda la historia de la música. Esto lo hace tan especial".
Para Leonid Grin incorporar a Mahler dentro del repertorio de una orquesta es un ejercicio necesario para hacerla crecer y llevarla a su máximo potencial, para el público, declara, escuchar a este compositor es la oportunidad de vivir algo único.
"Venir a este concierto, escuchar esta Sinfonía es una experiencia única en la vida porque vas como una persona individual, no puedes evitarlo. Es una experiencia personal, espiritual y global muy grande. Viajas atrás por generaciones, y vas avanzando en tu vida combinando toda la experiencia, que se expresa en el movimiento final. El himno a la bondad, el himno al amor, el himno a vivir tu vida con Dios, con un mensaje universal", sentenció el maestro.