Guillermo Ávila N.
Ha pasado poco más de un mes del terrible incendio que consumió un caserón en cerro Toro y que ocasionó la muerte a tres personas, dos hermanitos y su abuela, tragedia que sacudió no sólo a la Ciudad Puerto, sino que al país.
Ahora, esa antigua vivienda tiene en vilo a residentes de la primera planta del complejo Lo Ovalle, en calle San Francisco (cerro Cordillera). En específico, los tres primeros departamentos que colindan a menos de 20 metros sendero abajo de aquel esqueleto quemado que simula una vivienda y que a hoy sigue habitada por 'okupas', según los vecinos.
Riesgo total
El peligro aquí es latente: material derruido, gases y fuerte olor a humo. "Estar en mi departamento es como si vivieras adentro de una parrilla", dice al malestar Erica Marcela, residente del piso más afectado que comparte junto a su hijo de siete años y su pareja.
"Cuando vengan las lluvias esto se va a seguir derrumbando. Los escombros caen a las ventanas de nuestros dormitorios, sobre todo a la de mi hijo. El lunes hubo un derrumbe: cayó un pedazo de losa… tuve que sacar al pequeño de la pieza".
Mónica Lizama, secretaria de la junta administrativa del edificio Lo Ovalle agrega que al día siguiente del incendio (ocurrido el 15 de abril) las autoridades se hicieron presentes, pero desde esa fecha "nadie nos ha venido a dar una ayuda, solo a sacar fotos. Hay desmoronamiento a diario por el viento, es una estructura muy peligrosa que durante las noches de viento suena, cruje y caen los pedazos".
Lizama afirma que están conscientes que se trata de un trámite largo para las autoridades, "pero pedimos que nos saquen las basuras que están cayendo porque es peligroso para nosotros". No es todo: se les han cortado los tendederos, las canaletas están tapadas con tierra y una lluvia podría inundar los primeros pisos. "Los 'okupas' siguen acá colgados de la luz: viven y botan sus desechos orgánicos a la bajada. Nadie nos ayuda".
Margaret Robles, tesorera de la comunidad, expresa: "De visitas, poco o nada. Puras aspirinas".
A los días del incendio, la municipalidad porteña realizó un operativo con seis camiones de aseo: retiraron escombros y latas peligrosas de la calle General Dublé, frente a la que se originó el incendio, "pero para atrás no nos limpiaron nada", puntualiza Mónica Lizama.